EL NUEVO
MODO
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¿Abandono?
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Santiago José
Guevara García*
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El dramático
deterioro de la vida nacional venezolana se expresa ya en la desaparición o
el corte temporal de los más básicos bienes y servicios. Venezuela va rumbo
al quinto mundo,… ¡en medio de un “modelo económico exitoso”!, según dicen en
el régimen.
Me ha tocado
con la electricidad, el agua (corriente y embotellada), gas doméstico y
combustible del transporte público (¡en la Venezuela gasífera, petrolera y refinadora!),
repuestos de vehículos, transporte público y acceso a Internet; en mi caso,
de la empresa de telecomunicaciones oficial. Esto último explica que haya
entado en un tiempo de irregularidad en la entrega de mis artículos. Mis
disculpas, por favor.
“Déficit”, el
último publicado, tuvo varias interpretaciones de los amigos lectores. Para
algunos, fue una inclemente –e inconveniente- crítica a la clase política
venezolana, con especial saña hacia la dirección de la Mesa de la Unidad
Democrática. Para otros, una especie de despedida elegante de la política de
lucha contra la cada vez más abierta dictadura castro-chavo-madurista.
La situación
venezolana –la introducción de este artículo es solo una pequeña muestra del
drama- no admitiría lo segundo: Venezuela no perdonaría abandonar los afanes
por la recuperación de la cordura y la normalización de su vida nacional. Y
la crítica, sigue siendo necesaria, incluso a la dirección partidista
opositora, por su displicencia o complacencia frente al régimen.
Agréguese a
ello la evidente mediocridad de su dirigencia. El diario de mayor circulación
de la ciudad en la cual habito –el tercero en tiraje nacional- publica los
domingos una larga entrevista a personajes diversos. El último correspondió
al líder de la MUD, Ramón Guillermo Aveledo. Soy su crítico desde tiempo
atrás. Pero, esta vez me asombró la acumulación de desatinos en tan corto
espacio.
Cuando uno
sabe que la Mesa no ha renovado dirigencia, que mantiene su cerrazón a
sectores no partidistas, que se “cupuliza” cada vez más, que muestra una
evidente asimilación al sistema, etc., no puede abandonar la diatriba. Lo
cual no significa que no esté consciente de la imperiosidad de procurar e
impulsar iniciativas unitarias nacionales. En el plano más profundo: el de la
procura del mayor número de consensos entre los variados sectores sociales.
Y es eso
andamos. Inicio el camino, más como iniciativa institucional universitaria,
que como actividad política abierta, hacia una figura académica que permita
“El impulso al manejo concertado de la problemática nacional venezolana, en
todos sus esferas, ámbitos y niveles, con base en propuestas ingeniosas para
la acción agregativa de varios de los distintos sectores relacionados,
afectados o interesados”.
Lo que se
propone “es algo muy concreto y práctico: trabajar, según los casos, en la
línea de figuras tri, cuatri o pentapartitas, de políticos, ciudadanos,
trabajadores, empresarios y técnicos, que puedan emular una organización más
inclusiva, con la finalidad de asumir el análisis y el planteamiento de
propuestas diversas a las situaciones enfrentadas en la crítica situación
nacional.
Es tan
sencillo como que los tres, cuatro o cinco sectores se organizan para actuar
fijando posiciones y proponiendo soluciones a los problemas nacionales con
los cuales se relacionan”.
Asentamos
“(que) No albergamos dudas de que los aportes de los tres, cuatro o cinco
sectores mencionados, por sus conocimientos específicos, su representatividad
y la realidad de los acuerdos logrados, pueden colocar en la agenda política
nacional un mucho mejor diagnóstico y una panoplia de soluciones más
efectivas que lo que hasta ahora han podido los manejos excluyentes.
En adición,
el valor de representatividad de una figura como la propuesta permite a la
sociedad venezolana, agobiada por la deriva actual, disponer de un foro en el
cual pueda lograrse un polo de opinión que alimente las agendas política,
económica, institucional, etc., y permita el contraste de posiciones con los
manejos polarizados”.
Lo que
planteamos no les debe resultar desconocido. Hace poco escribimos, para
ustedes, buena parte de los análisis y argumentos que sustentan la
iniciativa. Venezuela debe recuperar la sindéresis: ni la locura destructiva
actual, ni el manejo cupular y parasitario de la clase política “democrática”
arraigada.
Que el Señor
Aveledo maneje su ignorancia o manipule su relevancia, para decir, por
ejemplo, que en el cambio de Chávez a Maduro hay una “transición”, nos
informa de la urgencia de asumir la tarea que permita aflorar en los
venezolanos los verdaderos afanes que debemos asumir en adelante.
Esos caminos
deberán ser de auténtica unidad nacional y de sincero cambio transicional
hacia la democracia y la realización que merecemos. Arranca uno de esos
caminos, para el bien de todos y no de cúpulas destructivas o improductivas.
* Santiago
José Guevara García
(Valencia,
Venezuela)
sjguevaragarcia@gmail.com
/ @SJGuevaraG1
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viernes, 6 de junio de 2014
SANTIAGO GUEVARA ¿Abandono?
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