sjguevaragarcia@gmail.com / @SJGuevaraG1
Propongo un nuevo polo político en el campo de la oposición
democrática. Si la MUD fuera permeable al debate y abierta a las propuestas, propondría,
más bien, que asumiera un proceso sustantivo de cambios y el nuevo polo no
haría falta. Pero,…
Como eso ni ha sucedido, ni va a suceder, en términos de cambio
cierto, opto por abrir la organización y la acción opositora a un polo alterno,
pero complementario en una unidad nacional superior.
Lo
propuesto no tiene por qué alarmar a nadie. Que haya más de un polo político
democrático puede ser muy bueno. Ya pasó en circunstancias similares. El 23 de
enero de 1958 lo impulsaron varios polos democráticos. Lo que más tarde sería
Puntofijo, aunque ya planteado, solo vino unos nueve meses después.
Nada
dice que no pueden interactuar dos polos en el seno del sector democrático.
Tampoco que no hay un amplio espacio de oportunidades de cambio positivo. Para
mencionar un ejemplo: la posibilidad de una dirección ejecutiva colectiva amplia
y una vocería rotativa. Y valga otro: la interacción, al mismo nivel, de
partidos y sociedad civil.
Pero, aún más: aquella variedad de polos permitía la actuación
simultánea de los varios factores transicionales necesarios, ausentes en la
MUD: sentido de lucha, unidad social amplia, variada dirección política y la
acción de la calle.
Que se sepa: lo que hubo el 23 de enero no fue transicional. Salió
Pérez Jiménez, pero quedaron una Junta Militar y su Acta Constitutiva, de claro
contenido dictatorial. Solo el 24, por la calle, la dirigencia amplia y la
unidad de diversos sectores se pudo entrar en la transición democrática
conocida. O sea, ¡la MUD no basta!
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