OÍDO EN LA CHATA
Venezuela no tiene camino
Víctor José López
Inolvidable
su figura de espaldas al pizarrón y frente a los estudiantes de periodismo,
cuando Oscar Yánes nos decía a sus
alumnos : “Si grazna como pato, camina
como pato, tiene plumas de pato y patas de pato, es pato”.
Hoy le recordamos al maestro y al amigo, porque si un régimen viola en cada una de sus partes la Constitución, es inconstitucional…
Si
desconoce la voluntad el pueblo en los resultados electorales, si un régimen
ignora el debido proceso, si los jueces son obedientes funcionarios, si la
corrupción es lo común en las relaciones comerciales; y si se tortura al quien reclama,
protesta y piensa distinto, o se persigue por ser disidente, cuando se ahoga la
Libertad de Expresión de Pensamiento y de Prensa, cuando se ha perdido la
soberanía de la nación y se humilla el sentido de patria al entregarle el
destino del país a naciones extranjeras.
Cuando
todas estas cosas y otras como la de reducir hasta la muerte el derecho a
manifestar, entonces el pueblo tiene el
Derecho a la Rebelión.
El Derecho
a la Rebelión, que como dice el preámbulo de la Declaración de los Derechos
Humanos, se considera esencial que para
que los derechos de los hombres y las mujeres, las madres de Venezuela y del
mundo, sean protegidos por un régimen “a fin de que el hombre o la mujer no sea
obligado por una persona, por un régimen o por fuerza alguna con el poder de la
autoridad, a que haga una sosa en contra de su voluntad, pueda hacer uso del
supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión”.
En estos
días que vivimos en un estado “papable”, dada a la canonización de dos
pontífices, Juan XXIII y Juan Pablo II,
vale recordar lo dicho por Juan Pablo II, ahora santo de la Iglesia, que “Un país que mata a sus propios hijos, no
tiene camino”.
De acuerdo
a un Hombre de Dios y a lo que vivimos los venezolanos en la represión
infatigable, voraz y asesina de esté régimen, Venezuela no tiene camino.
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