DESDE EL PUENTE
Oswaldo
Álvarez Paz
EL
DEBER SUPERIOR
Definitivamente no podemos esperar nada positivo del gobierno. Quince
años después de iniciado este régimen, los resultados están a la vista. Se equivocan
quienes piensan que es consecuencia exclusiva de la probada incapacidad de los
funcionarios o de la escandalosa corrupción de muchos de ellos y de sus
allegados. Eso es una verdad parcial. Pero lo cierto es que estamos ante un
proceso ideologizado, comunistoide, inspirado y coordinado desde La Habana. Sin
ser militarista a plenitud, está militarizado en los aspectos fundamentales. En
definitiva, los demócratas no contamos para nada con el estado-gobierno actual
para atender nuestras necesidades básicas y quienes no lo son o no les interesa
el tema, tampoco cuentan, manteniéndose en falsa indiferencia por comodidad o
simple cobardía.
El deber fundamental de toda persona es la defensa de la vida, de sus
bienes y de su familia. Garantizarles techo, comida, trabajo, educación,
seguridad personal y jurídica. Es la única posibilidad honesta de abrir
oportunidades a los hijos. La obligación de los poderes públicos es contribuir a que estos objetivos puedan alcanzarse.
Lamentablemente, en Venezuela las cosas no funcionan así. El estado-gobierno no
es el aliado. Es el enemigo. Atenta contra todo lo básico e impide a que la
nación, por su cuenta, pueda resolver sus problemas. No exagero.
Un ejemplo lo tenemos con la seguridad personal. Sopotocientos planes
han fracasado en manos de civiles y de militares. Ahora se anuncia la anulación
de los permisos de porte de arma dentro de un plan de desarme. Es decir,
quedarán indefensos quienes pacifica y legalmente están armados, a merced del
crimen organizado y de los variopintos colectivos al servicio del régimen. Una
vez más, lanzamos la consigna para que cada quien defienda lo suyo, antes
sintetizado, y todos juntos defendamos lo nuestro. La libertad y la democracia.
Es tiempo.
oalvarezpaz@gmail.com Lunes, 3 de febrero de 2014
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