¡Liberen a
Simonovis!
18 DE
DICIEMBRE 2013 - 00:01
El 20 de
mayo de 2013 se cumplieron 60 años de la muerte del dirigente Alberto
Carnevali(*). Murió en la Penitenciaría de San Juan de los Morros, donde la
dictadura de Marcos Pérez Jiménez lo encarceló a comienzos de 1953. Carnevali
era secretario general de Acción Democrática en la clandestinidad y luchaba
valientemente como organizador político contra aquel régimen del horror.
La captura fue su sentencia. Carnevali tenía cáncer. Todo su tracto gastrointestinal estaba minado por la enfermedad y a pesar de los dolores la dictadura no permitió que lo trasladaran a una clínica donde pudiera recibir el tratamiento que su gravedad exigía. Desde distintas partes del país y del extranjero se alzaron voces para clamar piedad. Fue inútil. Cuando murió, el 20 de mayo de 1953, era un saco de huesos de 38 años de edad.
Como el mal existe y fabrica sórdidas coincidencias en el tiempo, hoy el régimen chavista actualiza el espantoso martirio en la persona de Iván Simonovis. Hace unos años, para honrar la memoria de Carnevali, se le dio su nombre al aeropuerto de Mérida. Porque no queremos que ningún aeropuerto del futuro se llame Iván Simonovis, porque lo único que queremos es que Iván Simonovis pueda usar su nombre en libertad y reunido en familia, todos los venezolanos dignos exigen su liberación o eso que llaman “una medida humanitaria”, que no es otra cosa que simple, llana, sensata humanidad.
Peras al olmo: por lo visto los psicópatas del Gobierno quieren echarse encima un crimen que no tendrá perdón. Como dijo Rafael Pizani cuando Carnevali murió: él fue libre incluso estando en la cárcel, en cambio sus carceleros nunca dejarán de ser esclavos mientras vivan. Por Dios, aunque sea porque es diciembre, ¡liberen a Simonovis!
La captura fue su sentencia. Carnevali tenía cáncer. Todo su tracto gastrointestinal estaba minado por la enfermedad y a pesar de los dolores la dictadura no permitió que lo trasladaran a una clínica donde pudiera recibir el tratamiento que su gravedad exigía. Desde distintas partes del país y del extranjero se alzaron voces para clamar piedad. Fue inútil. Cuando murió, el 20 de mayo de 1953, era un saco de huesos de 38 años de edad.
Como el mal existe y fabrica sórdidas coincidencias en el tiempo, hoy el régimen chavista actualiza el espantoso martirio en la persona de Iván Simonovis. Hace unos años, para honrar la memoria de Carnevali, se le dio su nombre al aeropuerto de Mérida. Porque no queremos que ningún aeropuerto del futuro se llame Iván Simonovis, porque lo único que queremos es que Iván Simonovis pueda usar su nombre en libertad y reunido en familia, todos los venezolanos dignos exigen su liberación o eso que llaman “una medida humanitaria”, que no es otra cosa que simple, llana, sensata humanidad.
Peras al olmo: por lo visto los psicópatas del Gobierno quieren echarse encima un crimen que no tendrá perdón. Como dijo Rafael Pizani cuando Carnevali murió: él fue libre incluso estando en la cárcel, en cambio sus carceleros nunca dejarán de ser esclavos mientras vivan. Por Dios, aunque sea porque es diciembre, ¡liberen a Simonovis!
Nota de la Redacción.- (*) Alberto Carnevali fue un héroe de ña Democracia, que en función de la profunda ignorancia de Hugo Chávez fue denostado en un mitin del "supremo" en la Avenida Bolivar frente el delirante lumpen que los comunistas confunden con pueblo. Chávez, que por su condición de militar fue protegido en su breve estada por las cárceles, nunca supo de lo que los ergástulos de ladictadura perezjimenista significaron. Mucho menos conoció de la acción de Carnevali, como ignoró la vida y ejemplo de Alberto Ravell, Alberto Adriani, de todos aquellos venezolanos que hicieron la Patria auténtica y verdadera.
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