Blog de Víctor José López /Periodista

jueves, 17 de octubre de 2013

APOLINAR MARTÍNEZ OCULTO DETRÁS DE LA NOTICIA

LA VINO TINTO ES PASION
EL FUTBOL  ES OTRA COSA

       Apolinar Martínez

La necesidad que tenemos los venezolanos, cargados de dificultades cada vez más complejas, nos sitúa en la necesidad de encontrar un algo mágico que nos haga soñar,  permitirnos concientizarnos en cuanto a las posibilidades que tenemos de medirnos , en cualquier cosa, con los mejores de la tierra,  coloca al deporte en posición privilegiada de ser esa alternativa, dado que hemos tenido y tenemos individualidades  brillantes, muchos de ellos con jerarquía universal, digamos un Limardo o un Miguel Cabrera en estos tiempos, por no mencionar los Morochito Rodríguez de épocas pretéritas.
No fue por casualidad que el triunfo del beisbol aficionado nacional en la Serie Mundial de 1941, despertara  tanta pasión, entusiasmo sin igual. Veníamos de la noche larga de la dictadura gomecista, por lo que nuestro siglo XX realmente comenzó en 1936, según el acertado decir de Mariano Picón Salas, por lo que el país requería de alguna proeza que lo precipitara hacia el universo. Esa misión la cumplió esa selección de humildes peloteros, sembrados por siempre, con agradecimiento en el corazón de todo nuestro pueblo

LA VINOTINO FENÓMENOS DE  MASAS
Muchos aguas pasaron por los puentes nacionales, y el deporte, fundamentalmente el beisbol, el boxeo y los monstruos atléticos de la época dorada, siguieron como la actividad que más brillo daba al país, acaso sólo disputado ese lugar por las mujeres hermosas, las más bellas del mundo. El futbol, disciplina la más practicada en el orbe, ocupaba en nuestro suelo un papel secundario, practicado durante mucho tiempo particularmente por las colonias extranjeras, aunque desde luego llegamos a tener luminarias como Luis Mendoza, Mendocita, para singulariza en él a todas las grandes figuras de estos tiempos.
Y de pronto surge un grupo  encantado que con victorias, empates o derrotas ajustadas, despierta en el país una ilusión, un sueño , una esperanza.
Dirigidos por Richard Páez de pronto los venezolanos dejan de ser la cenicienta de los encuentros suramericanos, en los que ni siquiera podía concebirse la idea que pudiéramos vencer  no a los más grandes como Brasil o Argentina, sino a ninguno, incluidos Bolivia, Perú o Colombia
Los nombres de Juan Arango, Maestrico González  y cualquiera de estos muchachos vinieron súbitamente a formar parte del pensar del venezolano.
Y después vino César Farías, con su porte y palabra de artista de televisión, aprovechó esas circunstancias, más los triunfos intercambiados con derrotas, pero mediáticamente bien manejados, para comenzar un fenómeno sociológico que amerita todavía de un profundo estudio. Se vendió la  idea de que ya estábamos en el Mundial de Brasil, y que era cosa de poco tiempo para cristalizarlo.
BOLIVIA Y CHILE NOS HICIERON DESPERTAR
La realidad sin embargo estaba todavía lejana del sueño. Dos derrotas sucesivas ante Bolivia y Chile produjeron un sacudimiento gigantesco. De pronto quedó claro que se nos había vendido, o quisimos comprar, la idea de ser tan fuerte como los colosos del Continente.
Y lo más grave, es que no ha habido, tras la exclusión, un pronunciamiento ni del técnico Farías, y mucho menos de la anquilosada Federación Venezolana de Futbol , que nos hable de transformar, mejorar, buscar el camino para que podamos, sin fantasías, aspirar a la cita mundialista del próximo certamen en los próximos cuatro años.
César Farías ya cumplió. Debe salir. La Federación no ha cumplido. Debe ser modificada.

La Vinotinto despertó pasiones, posibilidades y sueños y por eso le estamos agradecidos. El futbol es competencia y mientras no se comprenda esa realidad, seguiremos como segundones.

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