Marlene Castillo OLLA DE GRILLOS

El variopinto menú
 de la televisión por cable

conduce a una selección
 de programas diversos

Un ejemplo es Espejo Público, transmitido por Antena 3 de España. Es un excelente formato, que hace honor literalmente a su nombre. ¿Por qué ahora no vemos en nuestra TV este tipo de producciones, tan comunes en la pequeña pantalla local en otras épocas? Si retrocedemos en el tiempo, encontraremos que hasta hace pocos años la televisión venezolana sí incluía en su menú opciones de este calibre, donde la denuncia, la opinión, el análisis, la investigación y presentar no solo lo malo sino también la Venezuela en positivo, eran su base de sustentación. Lamentablemente, en opinión de muchos, esto se fue perdiendo a medida en que comenzaron las presiones de Conatel contra las televisoras, que han ocasionado miedo y, lo que es peor aún, autocensura. Lo más triste de todo es que nuestra TV es la gran perdedora en todo este panorama, pues el medio no sólo debe ser entretenimiento, sino también información veraz y oportuna, en la cual prevalezca la diversidad de opiniones, provengan de donde provengan. Añoramos esos programas en los cuales la crítica sana y constructiva mostraba al país desde sus distintos ángulos, con sus carencias y miserias, pero también con sus logros y bondades. Es imperativo que estos espacios retornen, pero infelizmente la realidad política que vivimos lo impide.

Haciendo memoria, recordamos los “Alertas” (Rctv), primero con su fundador, Eladio Lárez, y luego conAnna Vacarella y Marietta Santana, dos periodistas a carta cabal. ¿Y cómo no añorar “Dimensión humana” y “24 horas”, con Napoleón Bravo, que dejaron una fuerte huella en la opinión pública? Asimismo, “A puerta cerrada”,también con Marietta Santana, y “Lo de Hoy” en sus diferentes etapas, con Sofía Imber, Carlos Rangel, Nelson Bocaranda, Marianella Salazar, Pedro Penzini y Emilio Santana, entre otros. Todos fueron espacios que conectaban al venezolano con el país. Hoy nada más Globovisión, y tímidamente, por el asedio oficial que sufre, muestra algo, y siempre con el empeño de no enseñar lo negativo únicamente, sino también las cosas agradables que transcurren en esta Venezuela de hoy, que también las hay.

“Espejo público”, el espacio español que nos ha motivado esta reflexión, está excelentemente conducido por la reconocida periodista Susana Griso, ganadora del Premio Ondas, en su más reciente edisión, es una especie de diario televisivo de gran poder informativo, donde se conjugan la actualidad, la economía, la política, el deportes, los sucesos y también la farándula, todos en la proporción debida y dando realce a lo que en su momento sea el evento más comentado. Con una duración de tres horas de la franja matutina, este “espejo” no deja cabo suelto, refleja a toda una nación en su cotidianidad. Lo que llama la atención es que, de la misma manera que en su segmento de política, por ejemplo, debaten, con destacados analistas, la vigencia de la Monarquía -a propósito del viaje de cacería del Rey Juan Carlos a África-, luego el mismo tema pasa al segmento de farándula, para darle otra mirada, al reseñar la parte del cotilleo, con detalles de la supuesta novia del Rey, quien presuntamente formó parte de ese viaje de placer. En resumen, no hay tema banal para este compendio periodístico de la realidad española que es Espejo Público. Viendo esta producción, volvemos a preguntar: ¿Por qué no hacer algo similar en nuestra TV o recuperar aquella pantallita que perdimos. Transitamos un momento donde hay material de sobra para un diario televisivo que la audiencia agradecería, pues estar informado es una necesidad. Aunque, pensándolo bien, surgiría otra pregunta inevitable: “Espejito espejito, ¿lo permitirá la censura? ¡TAPADA LA OLLA!