Blog de Víctor José López /Periodista

jueves, 7 de junio de 2012

Capriles Radonsky con ventaja




Elides J. Rojas L.
 
Para poder adelantar esta nota es necesario hacer caso omiso a las encuestas tarifadas que son unas cinco aproximadamente, aunque a estas alturas pueden aparecer más. El chavismo tiene plata para eso. Y más. Puede comprar a una encuestadora de las serias, de las más tradicionales o, en todo caso, puede hacer como los árabes en los 70. ¿Cuánto cuesta crear una nueva? Pues, dale. Vamos a hacerlo. Y lo han hecho.
 
Pero no es lo único que habría que colocar entre paréntesis. Hay que tener claro que los cubanos, verdaderos dueños de este proceso revolucionario, en su condición de chuletas y vividores empedernidos, han diseñado toda una sensación más poderosa que la de la inseguridad. Tiene a Chávez montado en las encuestas y lo venden como un ser invencible a tal punto de que es y será capaz de rasparse un cáncer que según las estadísticas, se vuela al más pintado en poco tiempo. Eso si es verdad que está enfermo y, además, si realmente se trata del cáncer que dicen que tiene. Un misil muy agresivo, rarísimo y letal. Pero, como todos saben, eso no se sabe.
 
El punto es que ni encuestas tarifadas, ni el tumor con toda la lástima que arrastra y mucho menos la declaradadera de la manada asegurando que están cómodos y ganando por más de 30 puntos porque "micomandante está galopando" o la gigantesca cantidad de propaganda en medios impresos, de radio, televisión o comunitarias son parte de los votos. Es más, no son votos. Es presión. Es opinión pública. Es comunicación masiva con tecnología moderna, saturadora, por diferentes plataformas, a toda hora. Muy valiosa, pero no son votos. Los votos entran el 7 de octubre y si no se cuidan las mesas los chavistas van a entrar más de los que tienen. Por lo pronto las señales en favor de Capriles Radonsky están por todas partes. A saber:
 
Primero. Si Chávez está ganando por más de 500%, si efectivamente está recontra sobrado, a cuenta de qué se preocupa tanto por unos pocos miles de votos venezolanos en Florida. Se sabe que les tiene profundo odio, pero es una oportunidad para ceder un puñito de votos a cambio de cara democrática. Entonces, la verdad es otra. Es que quiere quitarle todos los votos posibles a la oposición sencillamente porque lo necesita.
 
Segundo. Si Chávez está ganando las elecciones por más de 680%, qué necesidad tiene de ordenarle a su CNE toda la gama de trabas, trampas, equipos costosísimos que no usan en ninguna parte del mundo,  reacomodos de circuitos y mesas para perjudicar a la oposición y hacerla perder votos, robarle votos si puede y hasta desestimular por miedo al votante. Luego, la verdad, es que no está sobrado nada. Necesita la trampa y el miedo para ver si puede ganar.
 
Tercero. Si Chávez tiene más de 799% de aprobación, ¿qué necesidad tiene de gastarse 2.500 millones de dólares en campaña, propaganda y medios desde ahora hasta el 7 de octubre? Con esa plata construiría un montón de casas y todavía queda para que roben lo que corresponde. Ningún candidato en el mundo ha gastado tan cantidad de dinero para ganar unas elecciones, salvo que esté muy necesitado de votos. Y no ha ocurrido. Es el caso, sin duda: medidas de emergencia para situaciones desesperadas.
 
Cuarto. El Polo Patriótico, partido de Chávez, no existe. Es una amalgama de pedacitos de partidos y toda la administración pública, que de paso no toda es chavista. Ya se dividieron en Lara, Monagas, Amazonas y está muy herido en Anzoátegui y Sucre. En Caracas tiene parroquias, antes chavistas, totalmente perdidas. Es decir, su mapa político esta resquebrajado y debilitado. No está ganando, como dice.
 
Quinto. Chávez está enfermo. Pero no hablaremos de eso. Solamente ver, observar y seguir acontecimientos.
 
Por lo pronto, Capriles pinta ganador

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