Blog de Víctor José López /Periodista

domingo, 29 de abril de 2012

El Rock and Roll Está de Luto, Falleció Dick Clark










© Carlos M. Montenegro










La música, especialmente la popular del siglo XX es como un edificio construido sobre cuatro columnas que la fundamentan. En origen necesitaba apenas dos componentes: compositores e intérpretes; aquellos la creaban y éstos la tocaban y la daban a conocer. Así fue durante siglos, desde los trovadores por los caminos, a los organistas en las catedrales y las orquestas en palacios y posteriormente teatros públicos. Luego nacieron los rapsodas, las sinfonías, el ballet y la opera con sus coros y solistas. Pero durante siglos siguió siendo un placer para minorías, los juglares por los pueblos  iban dejando sus canciones y poemas, que se convirtieron en folclore entre la gente sencilla; en las ciudades solo podían disfrutarla los que tenían acceso a los salones o medios para asistir a los teatros. Los músicos, mientras tanto vivían la mayoría de las dádivas y algunos privilegiados de sus mecenas, hasta que aparecieron las editoriales en el siglo XVIII, vendían la música impresa en partituras y muchos músicos, especialmente los talentosos, comenzaron a saborear algo de queso en las tostadas.
Y así, la música de a poco fue ganando terreno difundiéndose por el mundo, especialmente en los países europeos y sus colonias, hasta que en los albores del siglo XX llegaron los inventos que iniciaron la difusión masiva de la música en todos los ámbitos de la sociedad; primero fue el fonógrafo y los discos, seguido del cine y sobre todo la radio, que penetró en los hogares del mundo entero en poco más de una década. El contenido de sus transmisiones llevaba una gran cantidad de música grabada, y actuaciones en directo de orquestas, “crooners” e intérpretes de todos los géneros que alcanzaron rapidísimamente gran fama. La música se hizo verdaderamente popular, pero también su estructura debió adaptarse para poder sostener el ritmo de crecimiento.
La música, arte en un principio, se transformó en industria y requirió otros componentes que ayudaran a ser el gran negocio que hoy es. Los componentes fueron básicamente cuatro: 1-los creadores, 2- los intérpretes 3- las compañías discográficas que sustituyeron a los mecenas para financiar y promover las grabaciones de discos, cada vez mejores y más costosas. 4- y los difusores, es decir, básicamente la radio. Este último punto era vital por la extraordinaria capacidad de popularizar las canciones repitiéndolas en sus programas reiteradamente.
La radio se hizo imprescindible para “pegar” las canciones con lo que las ventas de discos crecían exponencialmente. Con el avance técnico llegaron las transmisiones en cadena, tanto nacionales como internacionales. A partir de los años cincuenta la radio produjo grandes profesionales que crearon a los grandes ídolos de la canción popular. Ya venían surgiendo desde el final de la II guerra mundial en 1945 mientras se gestaba un nuevo género musical entre los adolescentes norteamericanos: el “rock&roll”, que se disparó y en menos de una década su magia atrapó a los jóvenes del mundo entero sin respetar fronteras.
El firmamento se llenó a partir de 1954 de nuevas estrellas musicales, venidas del rock&roll especialmente, y su lanzamiento fue sin lugar a dudas a través de múltiples locutores de radio que se dedicaron en cuerpo y alma a difundirlo y hacerlo una forma de vida. El rock&roll era una mezcla de muchas otras formas musicales norteamericanas, de las cuales tomó algo, lo mismo que su forma de bailarlo, pero simplificándolo mucho; su difícil sencillez era la magia que lo hizo accesible a todos los públicos sin distinción de nacionalidades, clases sociales, razas ni religiones.
El vocablo “rock” y “rocking” venía siendo usado eventualmente en canciones de origen negro, intérpretes de “rhythm and blues” la mayoría con diferentes significados, pero el verdadero padrino de la expresión fue Alan Freed (1921-1965) el primer locutor que desde sus programas de radio empezó a usarlo ya en 1951. Fue en una estación de Cleveland, Ohio donde comenzó con un programa llamado “Moondogs rock’n´roll party”. Sus preferencias eran los cantantes de color de “rhythm and blues” que se iban arrimando el rock and roll; la gran audiencia obtenida hizo que el nombre quedara para ese estilo musical y Freed le llevó consigo, llegando a producir shows en vivo en el estadio de Cleveland con el nombre de “Moondog Coronatión Ball” con asistencia de adolescentes de todo tipo llegando a reunir casi 25.000, sobrepasando ampliamente la capacidad del recinto, lo que produjo un desorden público, el primero de la era del rock&roll, que obligó a intervenir a las autoridades y cancelarlo. Freed adquirió más fama y fue llamado por la emisora WINS en Nueva York. Poco después produjo su show en TV, con lo que además de fama hizo fortuna, murió en 1965, arruinado y alcohólico,  pero esa es otra historia.
La semana pasada, 18 de Abril, murió Dick Clark (1929-2012) tal vez el icono más grande de los promotores del rock&roll, apodado como “el adolescente más viejo de los EEUU”. Contemporáneo y rival profesional de Alan Freed. No ha existido nadie que haya intervenido en todas las aéreas del negocio de la música popular derivada del rock&roll desde su aparición. Clark abrió los caminos por los que la música que amó se diseminó al mundo entero. Participó, cuando no creaba, en todas las aéreas, como la radio, la TV, giras de shows anuales, edición musical, producción de discos, cine (20 filmes) y todo lo imaginable, teniendo como materia prima el rock&roll y sus derivados: el twist, el pop, el soul, el heavy metal, y el punk, en múltiples negocios, no siempre muy ortodoxos. Su principal trampolín fue el  programa “Américan Bandstand”, entre otros, que le acompañó hasta su muerte con 82 años, siendo la segunda persona de más edad en activo de la televisión. Desde 1956, Chuck Berry, Jerry Lee Lewis, Buddy Holly, Rictchie Valens, Big Bopper, Paul Anka, Chubby Checker, Bobby Rydell, Duane Eddy, Fabian y Frankie Avalon, sólo en los 50; hasta 1989 la nómina sería casi infinita desde Los Beatles hasta Madonna, pasando por Pink Floyd, Jimi Hendrix, Los Jackson Five entre cientos que estrenaban sus discos con Clark. Todo eso y más le debe el Rock&Roll. Tenía en su poder todos los premios otorgados por la industria.

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