Sartre:
-¿Pero
realmente usted cree que Trotsky es agente de la CIA?
Garaudy:
-Objetivamente
lo es porque va contra la Unión Soviética
Sartre “Situations”
1
Mi amigo y antiguo compañero de trajines políticos Rigoberto
Lanz pelea en El Nacional con
conceptos que nos devuelven a un remoto pasado, cosa extraña en él, que con probidad
explora como pocos el mundo de lo postmoderno.
Siento que su explicación sobre lo que seala derecha y su
aplicación a la brava a las varias corrientes de quienes adversan al gobierno,nos
retrotrae a debates cansinos que ya no se dan sino en algunos templos inmunes a
las polémicas de los siglos XX y XXI
¿Cuál
es el Código que se usa para asignar la condición de “izquierda” a ciertos grupos,
negándosela a otros que tienen la misma pretensión? Se supone que en alguien cercano al gobierno
sería el juicio de valor sobre el proceso oficialista. En este orden de ideas parece
que ser de izquierda implica acompañar al gobierno del presidente Chávez, aun guardando
diferencias como las que en varias ocasiones han expuesto Rigoberto y otros intelectualescercanos.
Tal
alineamiento debe resultar cómodo puesto que llevóal patíbulo o a la
humillación a cientos de miles de probados bolcheviques. Discrepar de Stalin
bastó para que fueran pulverizados bajo la acusación de agentes de la CIA,
incluidos Trotsky y Bujarin, los dos más esclarecidos compañeros de Lenin. Cuando
se apela ahora al mismo expediente sin mostrar documentos capturados a la
conspiración, no puedo menos que recordar loque en el pasadoresultó de
semejantes costumbres.
2
Claro
que hay diferencias, inclusomuy importantes entre tendencias de lo que Diosdado
llama “derecha”, mismo calificativo usadocontra él en su propio partido. Pero
como ocurriera en otros momentos de la historia –la Junta Patriótica, por
mencionar sólo ese- para vencer a la autocracia se formaron coaliciones muy
amplias que iban desde los comunistas hasta grandes empresarios privados. “Desde
la Charneca hasta el Country Club”, estampó Tribuna Popular en un titular de
portada. Desde Gustavo, Pompeyo y Guillermo García Ponce hasta Eugenio Mendoza,
Lamberti y Cervini. Si los comunistas hubieran torpedeado con éxito ese amplio
diapasón unitario, Pérez Jiménez tal vez se hubiese perpetuado en el poder.
Más
útil sería responder a otracuestión: ¿califica como izquierdista el gobierno de
Chávez? Más allá de cómo se viera cada uno a sí mismo, en los años 60se pensaba
que someterse a inversiones directas transnacionales (ahora se agregan las chinas)mantener
relaciones de intercambio regresivas, destruir las empresas básicas y doblegar
a PDVSA, construir una economía de puertos y engrillarla a una deuda externa
agobiante, serían signos derancio derechismo. Una revolución que lejos de
desarrollar fuerzas productivas las estrangula para vivir de importaciones no
calza en la definición que de revolución diera Marx en el Prefacio de la
Crítica de la Economía Política.
3
Cuando se refieren a la “ultraderecha-fascista, asociada-a-la-CIA-en-la-desestabilización”,
no presentan pruebas documentales, testimoniales o grabaciones que pudieran
fundamentar sus sospechas. Hemos de
creer sólo en su palabra. Ni los expertos en inteligencia de la Isla les han
suministrado algo en que apoyarse. En cambio, las actividades violentas de los célebres
colectivos, las quemazones -esas sí fascistas- del patrimonio universitario, los
sicarios que matan líderes sindicales disidentes, etc, estána la vista del
mundo. ¿No mostrarían una mínima sindéresis si los desarmaran? ¿Quién lo haría?
¿Acaso el general Rangel Silva?
Precisamente
por reconocer las significativas diferencias entre corrientes opositoras se
organizaron con alto grado de perfección las primarias donde sufragaron más de
3 millones de almas. No hubo dedos providenciales, todo emanó del voto. Y aun
así menudean los dardos venenosos. Estas diferencias prueban la condición
democráticay plural y su compromiso con la vía pacífico-electoral, de la
disidencia venezolana.
El
gobierno polariza artificialmente el país y se atrinchera en lo que llama
izquierda, universo al que sólo ingresa quien se ponga de su lado. El problema
es que muchos, en Venezuela y en el extranjero,se arroganesa bandería sin entrar
en semejante zapato chino. Rousseff, Humala,Mujica o Leonel se declaran de
izquierda pero sus gestiones difieren radicalmente de la de Chávez, con
resultados muy superiores. ¿Quién es más independiente, Perú, Brasil, Chile,
Colombiacuyas fuerzas productivaspermiten exportar productos de alto valor
agregado, o Venezuela, de vuelta a las ominosas monoproducción, monoexportación
y pluriimportación?
No
niego validez a la pareja conceptual izquierda- derecha mas no suelo usarla
porque el manoseo oportunista la ha desdorado. Diosdado se piensa de izquierda,
pero en el PSUV cientos lo consideran líder de la derecha endógena. Rigoberto
sabe que la izquierda está sometida al vértigo de los círculos concéntricos. A
todo izquierdista le sale otro más radical, que lo ubica en la derecha. Y a
éste otro más, en una espiral descendente sin fin. ¿A quién otorgarle la representación
oficial?
El
presidente basa su sueño de perpetuidad ya no en disquisiciones teóricas, sino
en un autobombo desopilante, narciso y pasional. Puso a orar a rudos
marxista-leninistas y quiere apropiarse del manso pastor de Galilea aunque sus
títulos sean solapados por la Cruz del Señor. Ya no habla de Lenin o Marx.
Prefiere declararse más cristiano que Cristo.
¿Y
sus seguidores? Rezando con mirada lánguida el Yo
Pecador, algunos todavía con pólvora en el saco y cicatrices guerreras en
la piel.
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