Un regalo para la tv
Marlene Castillo
marlencas28@hotmail.es @marlenecastillo
No soy la única que hace esa analogía entre Navidad y niñez: los pequeños son los protagonistas de estas fechas, cuando se celebra el nacimiento del hombre más grande del mundo, Jesús, y mis reflexiones -siempre asociadas a la TV- se remiten a los niños, hoy un tanto olvidados en nuestra pequeña pantalla
¿Por qué; si alguien sabio dijo que con niños y perros el espectáculo nunca se pierde? Sin duda, los niños tienen un talento natural para todo: son ingeniosos, ingenuos, naturales… en conclusión: son los seres más privilegiados de la raza humana. Igualmente las estadísticas los catalogan -conjuntamente con las mujeres- como los grandes dinamos del consumismo, lo que significa que son “blancos” apetecibles para generar ventas, lo que los hace protagonistas excepcionales de la publicidad televisiva en cualquier parte del mundo.
Sin embargo, en el caso especifico de Venezuela, esta cantera de talento ha sido dejada de lado en las producciones televisivas, excepto en muy contadas excepciones, particularmente remitidas al campo de la actuación en los teledramáticos.
Es tan placentero cuando vemos segmentos del programa de Don Francisco donde un panel de niños, moderados por el conocido animador, se expresa libremente, sin guiones, y deja fluir sus conceptos acerca de un tema. Da gusto verlos y oír sus expresiones tan “adultas” acerca del estrés, el dinero, la convivencia, la amistad y otros tópicos, donde un grupo de niños, entre 6 y 8 años, se lucen con su naturalidad e ingenio; todo dentro de un esquema de dar a conocer el mundo interior de los pequeños y su manera de ver la vida enmarcados en un valioso concepto donde “maestro” y “alumnos” se retribuyen: enseñan y aprenden unos de los otros. A los niños se les otorga allí un rol adecuado, de respeto con su edad, escuchándoles sus explicaciones y no tratándolos como débiles mentales y, de paso, se aprovecha su atractivo dentro de un espacio de TV bien concebido.
Otro buen ejemplo lo vimos en “Pequeños gigantes” (México), competencia entre escuadrones que defendían un primer lugar exhibiendo su talento distribuido en canto, baile, actuación, pero, sobre todo, espontaneidad. ¡Qué bien aprovechado los niños! Fue tal el éxito que dio origen a “El show de los peques”. Es una delicia enorme escuchar y ver tanta naturalidad. “La infancia ya no es la etapa de la ignorancia”, apuntó Fernando Savater.
En Venezuela ya no se producen programas de corte similar, aun cuando en el pasado se realizaron infantiles de excelente factura. Hoy ese es un sector huérfano en la realidad de nuestra TV y el problema radica en que cuando se hacen intentos (caso reciente en SS con Leonardo Villalobos, que apenas duró tres semanas) los niños pareciera que recitaran, no se les nota esas “salidas” espontáneas, se les coarta su naturalidad con frases prefabricadas que contrarrestan su don natural, ese que se les está dado justamente por ser infantes.
La televisión debería retomar este tipo de producciones y tratar de reeducar a los niños con buenos productos infantiles que aparten su atención al desatinado uso de computadoras, internet, juegos de video y tanto acceso a información que no siempre es la más adecuada para la infancia. Ojalá que en 2012 el Niño Jesús regale a nuestra TV más ingenio y frescura infantil. ¡TAPADA LA OLLA!
No hay comentarios:
Publicar un comentario