Carlos Maldonado-Bourgoin
Arturo Uslar Pietri decía que Venezuela como la comunidad iberoamericana de naciones ha vivido de promesas a futuro. Nunca hemos pensado en el aquí y en el ahora, siempre en lo que vendrá y en términos de porvenir. (AUP. La otra América).
El país más dichoso, no por lo rico sino por las virtudes de sus ciudadanos; el país donde el reine la justicia y la dignidad; el país donde se premie el mérito, la cultura del trabajo y donde estén execrados los pícaros, bribones, canallas y delincuentes. El sueño a futuro aún espera.
Dentro de ese futurismo ciertos gobernantes marearon tempestades dejando meritorias y auténticas obras en el reino de este mundo. La América que habla español estaba enrumbada en un proyecto de nación con objetivos claros e inobjetables. Había que vivir en el siglo que nos había tocado vivir, voltear para atrás ni para coger impulso.
A este futurismo se introdujo una variable nefanda: la deconstrucción de todo lo anteriormente soñado, para sustituirlo por un paraíso más lejano además riesgoso siguiendo la estrella de blen, blen, blen, blen… del Oriente, vamos a la más dura de las servidumbres, la iraní y la china. Cuentos no son, basta con leer la historia antigua.
En Canaima el maestro Rómulo Gallegos escribe: “Marcos Vargas y Manuel Ladera van por los caminos de Yuruari y ven un burrito que conduce a una res destinada al consumo. Iba la res atada a la cola del burro por un cabo de soga. Manuel Ladera comenta: -Ahí tiene la historia de Venezuela; un toro bravo, tapaojeado y nariceado, conducido al matadero por un burrito bellaco”.
Hoy nuestra gente vive en permanente empacho mediático, de tanda de telenovelas y de cine continuado de pueblo. No ha dejado de ser, estar y pensar cuando aparece un nuevo globo aerostático u otro nuevo trapo rojo para que la bestia reviente el testuz contra la talanquera del proceso.
Cuba suprime el Ministerio del Azúcar. ¿Lo traspasarán a la gran Celia en el cielo? Una nueva misión es creada, la María Dolores (Mamá Dolores). De Alberticos Limontas y de Don Rafaeles del Junco todos tenemos un poco, “dixent” voces omniscientes. Un monumento erigirán en la Plaza Venezuela a Félix E. Caignet nuestro auténtico fabulador, en lugar del que había a Colón.
Como fin de fiesta, los antropólogos han clasificado las eras del hombre según el grado de destreza y perfeccionamiento en el trabajo, uso de los materiales e implementos. Por la gran vía Venezuela ha entrado a su Era Mojolítica. Mojo, de “mojón” cuento, embuste, mentira; Lítico de la piedra o relativo a la piedra. Vamos hacia la época mojonal del hombre, la del desarrollo endógeno de la cultura de la malanga y el boniato. ¡Qué cosa más grande!,
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