domingo, 30 de octubre de 2011
DARWINIANAS/Carlos Maldonado-Bourgoin
¿Entonces papá, olvidaste a Darwin? Yo sé que piensas en el motorizado, hoy alto funcionario, o quizás también estés pensando en Maikel Darguin, el otro de tu gran Combo. Desde que los elegiste a dedo, ellos van a todos lados irremediablemente vestidos de día como si fuera de noche, engominados y perfumados listos para la rumba. Sus menos favorecidos congéneres motoristas del diario hacer en demencial enjambre han traído el caos y el trajín de Bombay a la sucursal del cielo. ¡Gracias a ti y a tu Chimborazo barbuleño!
Él responde con autosuficiencia: ¡Hermano!, yo estoy “fino”, lo mío es “full” nacionalismo. Nadie puede dudar de mi cruzada en defensa de nuestras raíces e identidad. “¡Okey!”, soy la auténtica soberanía, o sea, burda de “filing”, puro y “ready” socialismo.
¡Pero no, papá!, como te decía al principio, te estoy hablando de Charles Robert Darwin (1809-1882) el de la “teoría de la evolución”. Pensar que las inocentes iguanas vieron primero a Colón en Guanahaní durante el primer viaje, antes de que el propio almirante se percatara de ellas. Algunas especies de iguanas son anfibias, comen de la tierra y del fondo de la mar; y ellas dieron la clave a Charles Darwin para el cierre de su teoría evolutiva: “la diversidad se observa en la naturaleza misma por la acumulación de cambios a lo largo de las sucesivas generaciones”.
¿Qué quiero decirte con esto pana burda?, en las inexorables leyes de la naturaleza no tienen cabida los atajos ni las improvisaciones. Se necesitan muchas pasantías y muchos gimnasios para poder a alcanzar la categoría de ser. Otros dirán que han gastado más en velas que en vinos, y para ponértelo en criollo, más estudio y preparación que en birras. Con ese equipo no vas a ninguna parte.
Yo se que no te gusta ni nombrarlo, pero desde que Colón escribió “aquella carta” que no es la de la fronda lírica de Julio Flórez a la reina Isabel la Católica, nació el mito del Buen Salvaje. Los hombres a menos cultivados mejor son, están descontaminados del mundo desarrollado torcido y perverso. Puro soy yo, en mi ignorancia y audacia. Pero son precisamente lo contrario a tu predica, las exigencias del mundo de hoy para el logro y una gestión exitosa buena para tu cacareado pueblo.
Aquí donde desde hace tiempo las gallinas están cantando como gallos, has optado por vender el sueño de la camisa nueva, quitándosela al muerto o al que está a punto de serlo por tu iniquidad. En tu Galpón espiritual no hay diversidad sino un único pollo, privado de espacio, de su ciclo natural y siendo engordado con hormonas por no nombrar otra cosa, en los bebederos del resentimiento, la envidia y la escasez. Vamos hacia una república de pollos beneficiados.
Me levanté del diván, buscando un vaso de agua para poder tragar fuerte y digerir la angustiosa reláfica de mi psiquis. El sueño de a bolívar, el sueño de Orwell.
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