© Carlos M. Montenegro
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Hacía años que la Casa Blanca no producía un lanzamiento tan fulgurante a la fama como el que hace unos días hizo el presidente Obama hace un par de semanas. Se trata de una secretaria llamada Debbie Bosanek; el último que se recuerda fue el de Mónica Lewinsky en 1996 que adquirió una extraordinaria popularidad, debido a una peculiar relación con el entonces presidente Bill Clinton, mientras hacia una pasantía como secretaria o algo así en las oficinas del presidente, incluido el despacho oval. Los únicos puntos coincidentes de la Lewinsky con Debbie Bosanek, es que ambas eran secretarias y que se dieron a conocer por sendos presidentes en activo. Pero hasta ahí llegan las coincidencias afortunadamente. Como es sabido el “caso Lewinsky” fue un “escandalazo”.
El “caso Bosanek” sin duda será menos popular, pero de una importancia tal, que muy bien pudiera ser el punto de partida para que en el mundo cambien muchas cosas y esperemos que para bien. Tiene que ver con la tremenda crisis política, financiera y económica que ensombrece al mundo desde hace un unos años y que puede agravarse más aún. El presidente Obama en uno de sus discursos recientes, dirigido a su país, vino a decir claro y raspado que el mundo estaba aterrado ante el probable fracaso de las soluciones que se estaban poniendo en práctica en todos los países que lideran la economía global, pues aseguró que probablemente no iban a servir ni para salir del atolladero momentáneo. Dijo en su idioma, qué ya estaba bueno, que no podía ser que la gente común no podía seguir pagando el pato a costa de vivir cada día peor mientras que las grandes empresas, bancos y demás organismos estaban arruinando al mundo con sus triquiñuelas y a la vez cada día se hacían más ricos – nada que no sepamos – pero el señor Obama visiblemente molesto, añadió que no podría haber una verdadera solución mientras por ejemplo “una simple secretaria, como Debbie Bosanek, pagara más impuestos que su jefe”.
Con esta simple frase la Srta. Bosanek ha saltado a todos los titulares de la prensa especializada en política y economía, no sin cierta inquietud supongo, pues el ejemplo representa a la mayoría de las clases trabajadoras y medias de este mundo, cuyos gobiernos nos tienen con la soga al cuello, y nos meten la mano en la cartera para ayudar a los causantes de la crisis, que una vez recuperados y produciendo ganancias mil millonarias, en “verdes”, las publican sin ningún recato, las reparten entre sus accionistas y si te he visto no me acuerdo. Nadie les exige que devuelvan lo que el pueblo les prestó a la fuerza y siguen haciendo de las suyas hasta la próxima crisis.
Pero ¿de dónde sacó el presidente americano ese nombre, es real o tal vez lo inventó como un ejemplo? Esos discursos que Obama dice de memoria como si lo estaría pensando en ese momento, porque nosotros sabemos de eso, Pues no, los acuciosos periodistas del ramo se pusieron a averiguarlo y resultó que la Bosanek existe: es la secretaria de Warren Buffet que es nada menos el que según la famosa revista Forbes lo coloca en el “hit parade” de los más ricos del mundo como el número tres, justo por detrás del mejicano Carlos Slim y el popular Bill Gates, con una fortuna personal estimada en $ 50 billones, si con “b”, (la última edición de Forbes tiene en su lista a 1.210 multimillonarios, el último cuenta apenas con $1 solo billón).
De entrada pensé que cómo Obama pierde el tiempo averiguándole la vida al pobre señor ¡qué ganas! Pero me equivoqué, no son al parecer hábitos de su gobierno andar jurungando la vida privada, por aquello de los derechos humanos y todas esas bagatelas imperiales, para eso ya tienen al fisco. Al parecer la sorprendente cita proviene de que el señor Buffet, que recientemente donó a la fundación de Bill Gates $50 mil millones, si 50 mil, y de los suyos supongo, no contento con eso el 15 de agosto de 2011 escribió un artículo en el New York Times titulado “Stop Coddling the Super-Richs” (Dejen de mimar a los super ricos), dirigido al presidente Obama, donde tras decirle que estaba bien en que redujera los gastos de la administración pero que viendo como los americanos pasaban tantos trabajos y los soldados morían en Irak, Afganistán y demás guerras por la libertad de su país, debía tener menos consideración con lo super ricos y explicaba una serie de cuestiones entre las que se desprendía que mientras los magnates, entre unas cosas y otras, pagaban entre un 15 y un 17.5 % de impuestos, cualquiera de las 20 personas de su oficina llegaban a pagar entre el 35 y el 37.5% de sus salarios, más los “taxes” indirectos que cargan a los americanos promedio. Eso, añadió, ayudaría mucho a paliar el enorme déficit de EEUU y quitar algo de presión al pueblo.
El presidente, debidamente informado escogió a una persona de la oficina de Buffet y utilizó su nombre para darle verosimilitud a su mensaje. Así ,la amable, educada y competente Bosanek de 55 años, de no tan buen ver como la Lewinsky, ha servido de ejemplo para tratar de que los mil y pico de la lista de Forbes y muchos más -- que ya les vale -- toman conciencia y arriman el hombro para cambiar este sistema que visto lo visto, ya no sirve para nada, y de paso Obama se apunta unos tantos, que falta le hacen.
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