Blog de Víctor José López /Periodista

martes, 11 de octubre de 2011

CARLOS MONTENEGRO: Boda escuálida, por amor


© Carlos M. Montenegro
carlosmmontenegro22@gmail.com

Hoy mismo, 5 de octubre de 2011, se acaba de celebrar “la boda”, por fin. Con una repercusión exagerada por los medios de comunicación, han culminado varios meses de desvelo para millones de personas devotas de “el famoseo”. Se han develado secretos celosamente ocultos que nos han tenido en ascuas: Ya sabemos cómo era el vestido de la novia, quiénes eran los pocos afortunados que tuvieron el honor de ser invitados al evento, y quiénes se han quedado con las ganas de asistir a tan fabuloso acontecimiento; el chef y el repostero que crearon las delicias servidas en el mesa nupcial, así como los vinos y licores escogidos para que maridaran perfectamente con lo servido, también que durante meses nos traía a mal traer, y así mil cosas trascendentes.
La llamada prensa del corazón se ha dado banquete informando minuto a minuto tan “importantes” detalles, en clave chismográfica, desde que la señora, que no es otra que la Gran Duquesa de Alba (Madrid, 1926), anunció el pasado mes de agosto que se casaba con don Alfonso Díez Carabantes (Palencia 1950).
María del Rosario Cayetana Alfonsa Victoria Eugenia Francisca Fitz- James Stuart y de Silva (¡uff!), XVIII Duquesa de Alba de Tormes, actual jefa de la casa de Alba, y connotada figura social, es la aristócrata que reúne la mayor cantidad de títulos nobiliarios, legalmente reconocidos por todos los gobiernos del mundo. Según el libro Guinness de los Records, ostenta el primer lugar de la lista entre todos los nobles: además de ser catorce veces Grande España, es cinco veces duquesa, dieciocho veces marquesa, veinte condesa, condesa-duquesa y condestablesa, y así hasta 50 títulos nobiliarios. Es propietaria de al menos dieciséis castillos, además de palacios e innumerables mansiones, en territorio español, administrados por la Fundación Casa de Alba. Al margen quedan difíciles de enumerar, los donados a los diversos municipios donde se encuentran y la casa posee tierras. Hay fincas agrícolas, de ganadería, de caza, bosques y otras tierras, que tal vez excepto el fisco, ni la familia Alba las conozca por completo.
El señor Alfonso Díez Carabantes, por el contrario es un ciudadano común, funcionario de la Seguridad Social española adscrita al Ministerio del Trabajo; su sueldo es de unos 1.500 Euros mensuales, más los beneficios de los funcionarios; habita en un barrio de clase media de Madrid, el de Chamberí, en un apartamento de su propiedad de 97 metros cuadrados, donde vive solo, pues nunca se casó y no tiene hijos, aunque según asegura la revista Hola, tan acuciosa, a partir de ahora se mudará al Palacio de Dueñas, la residencia habitual de la Duquesa en Sevilla, en cuya capilla se celebró hoy la ceremonia por la Iglesia, ya que es viuda de sus dos matrimonios anteriores, con el fin de vivir (y cuidar) con su esposa. Alfonso Díez a partir de hoy es el nuevo Duque de Alba consorte.
Cayetana o “la Duquesa”, como se la conoce popularmente, y su esposo han dicho que se enamoraron perdidamente al conocerse, y aseguran que el amor no tiene edad -- podría añadirse que ni vista -- ya que la señora duquesa tras tres recientes operaciones quirúrgicas graves ha quedado un tanto afectada físicamente, además de, y esto es un comentario malévolo, otras varias de índole estético en el rostro, estilo M. Jackson y con similares resultados, que la hacen casi irreconocible hasta para los amigos de siempre. Pero como dice Hola, tan ponderada con la aristocracia: …la Marquesa “aún conserva vestigios de su serena belleza” (sic).
Lo que también conserva es el espíritu de mujer gozadora, casi sin límites, del que hizo alarde toda su vida. Hija única y heredera de todo lo mencionado, Cayetana, huérfana de madre muy temprano fue educada en Inglaterra, Francia y España. Pasó la Guerra Civil española y la II Guerra Mundial en Londres donde su padre era embajador y siempre atento a su lado, encargándose de su exquisita educación -- un hijo de León Tolstoi fue su compañero de clase – habla al menos cinco idiomas. Visitaban a su pariente Winston Churchill, y miembros de la realeza británica de quien es familia por el lado paterno, los Fitz-James Stuart.
De regreso a España en 1947 su vida cambió y se descorchó su afición por los toros y toreros, el flamenco, los caballos y la pintura. La pinacoteca de la casa Alba solo es superada en España por la del Museo del Prado. Con abundantes obras de Goya (no en vano desciende de otra duquesa de Alba, supuesta amante del pintor y modelo en obras como las “majas”, donde posó desnuda para el maestro, ya en aquellos tiempos). Cayetana en los años 70 posó también desnuda para la revista Interviú con foto en portada. Es famosa por su trato llano con la gente del pueblo, generosidad y simpatía; por eso es tan querida en todos los estratos sociales. Hoy, cuando iba entrando a su palacio en Sevilla el pueblo le cantaba y La Duquesa, en plena alfombra roja, se descalzó y bailó unas sevillanas al ritmo de las palmas de la gente que la esperaba.
El ducado de Alba de Tormes existe desde antes que Colón descubriera América. Al comenzar el siglo XVI. Fernando Álvarez de Toledo y Pimentel, el III Duque de Alba, fue el iniciador de la verdadera gloria del ducado. Reinando Carlos I y luego su hijo Felipe II fue el más grande militar de todos los tiempos, hasta la llegada de Napoleón dos siglos y medio después. El emperador Carlos le otorgó la primera Grandeza de España y el título de Gran Duque de Alba, orgullo de la casa hasta hoy.
Por cierto, la prensa rosa tal vez no reseñe que en las dependencias del palacio de Dueñas, unos años antes que Cayetana, nacieron y se criaron dos glorias de las letras españolas del siglo XX: don Manuel y don Antonio Machado.

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