Blog de Víctor José López /Periodista

sábado, 27 de agosto de 2011

Mike Flanagan, aquel pitcher que trajo Rubén Mijares



Alfonso L. Tusa C.

El comentario de Dámaso Blanco a través del hilo telefónico me llevó
a confirmar la información, Mike Flanagan, aquel pitcher que trajo
Rubén Mijares junto a Wayne Garland, Larry Demery, Kent Tekulve,
Clarence Gaston, Larry Harlow, Willie Randolph y Rob Andrews entre
otros en la temporada 1975-76, había sido encontrado sin vida fuera de
su hogar de Monkton, Md., la tarde del miércoles 23 de agosto de 2011.
La fotografía de Flanagan con el uniforme naranja de los Orioles me
trasladó a un mediodía de enero de 1976. La voz de mamá cernida entre
el dinamismo de la melodía “Love will keep us togeteher” (Captain &
Tennille) me recordaba que debía terminar de pintar el garaje. Yo
alegaba que como había terminado la huelga de profesores, me debía
dedicar de lleno al inicio del tercer año de bachillerato. “¡Que va!
Lo que usted comienza, lo tiene que terminar”.
Las páginas deportivas de El Nacional y El Universal destacaban el
inicio de las semifinales del béisbol profesional. Mis ojos apretaban
un titular que decía algo como: “Mike Flanagan vs Scott McGregor, un
duelo de serpentinas en cámara lenta”.
Agarré el periódico, el horario de tercer año y una mesa plegable y
me fui al garaje. Mamá me hizo regresar la mesa. “Una cosa a la vez
hijo. No vayas a hacer un arroz con mango”.
Antes del juego mis hermanos comentaban que no entendían porque
Johnny Lippon se había decidido por Mike Flanagan teniendo a Garland y
a Demery. No quise decir nada. Había notado que hacía el final de la
temporada Flanagan había llevado varios juegos cerrados hasta el
final. Me dije “Ya van a ver”. Aquella noche, los envíos lentos de
Flanagan marearon a la toletería cardenal y se llevó la victoria 3-2.
“¿Y ahora que van a decir de Flanagan?” Les dije a Felipe y Jesús
Mario mientras escuchaban los comentarios finales del juego. Su
silencio se mantuvo en los siguientes 2 juegos de la semifinal porque
Garland y Demery perdieron sus aperturas.
Aquel Magallanes había ido a jugar a Cumaná en diciembre de 1975.
Entre la emoción por ir a ver por primera vez un juego de béisbol
profesional en el estadio, guardaba la esperanza de que Mike Flanagan
abriera o relevara en ese juego. Aquella tarde jugamos pelota como
hasta las cuatro de la tarde. Cuando empezamos a escuchar las sirenas
de los carros y los cohetes, agarramos los guantes y corrimos a
prepararnos para el juego. Los espacios aledaños al estadio de Cumaná
eran un mar de gente que apretujaba y arrastraba. Todo el trayecto
hasta las tribunas lo hice con el radio transistor en la mano
levantada. El primero en salir al terreno por Aragua fue David
Concepción, le siguió Enos Cabell. En el segundo inning, el
centerfielder de los Tigres, Dan Ford, se estrelló contra la pared de
concreto persiguiendo un batazo, el impacto repercutió en todo el
estadio, salió en camilla. Gilberto Marcano abrió por Magallanes,
cuando Lippon decidió sacarlo se molestó y bataqueó el guante contra
el montículo. Entre la alegría del triunfo magallanero lamenté que
Flanagan no hubiese lanzado.
Para el cuarto juego de la semifinal había cierta sensación de que
Cardenales podía sentenciar la serie. Sin embargo Flanagan se apareció
con un soberbió trabajo completo donde apenas le conectaron 3
imparables y Magallanes ganó 5-1 para igualar la serie.
Cuando mamá regresó yo silbaba “Love will keep up together”. Se
acercó y levantó la voz. “¡Hay que ver que eres cabeza dura! Te dije
que llevaras esa mesa para la cocina y mira como la chispeaste toda de
pintura”.
Garland y Demery volvieron a perder ante Cardenales en los juegos 5
y 6. Mientras nos balanceábamos en el mueble del porche le dije a mis
hermanos: “Si alguno de los dos hubiera ganado, estoy seguro de que
Flanagan iba a llevar al Magallanes a la final”.

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