Jemile Weeks es dinamita pura, un catalizador del ataque que rendirá mucho más cuando progrese a la defensiva.
(Foto Michael Zagaris / Oakland Athletics)
Manolo Hernández Douen
Las Grandes Ligas se han enriquecido en el 2011 con jóvenes de enorme calidad. Apunten a Jemile Weeks en esa lista de prospectos convertidos en fabulosa realidad.
Weeks, segunda base de los Atléticos de Oakland, aporta la magia de la velocidad, la energía, la chispa, cada vez que entra a un diamante.
Apunten a Jemile Weeks en esa lista de prospectos convertidos en fabulosa realidad.
Weeks, segunda base de los Atléticos de Oakland, aporta la magia de la velocidad, la energía, la chispa, cada vez que entra a un diamante.
“Tiene el prototipo del pelotero impactante y parece que le puede conectar a cualquier lanzador”, describió el dirigente de los Rangers de Texas, Ron Washington. “Es un joven bien talentoso”.
Weeks, subido a las Grandes Ligas apenas el 7 de junio pasado, comenzó a producir de inmediato al promediar un jugoso .364 en sus primeros 12 juegos.
Rickey Henderson, integrante del Salón de la Fama que pregona que los jóvenes con velocidad necesitan ser agresivos en las bases, está entre los principales admiradores de la dinamita ambulante.
“Tiene fuego dentro de sí”, expresó el inolvidable Henderson.
Ese ardor necesita ser canalizado, pero hasta ahora Weeks no ha hecho otra cosa que impresionar.
“Usted puede notar que la confianza va creciendo en él”, proclamó el dirigente interino de los Atléticos, Bob Melvin. “Luce bien cómodo en ambos lados del plato. Estoy bien impresionado. Ha sido tal y como me habían mencionado que sería”.
Los Atléticos no son los únicos que se han dado cuenta de la fuerza innovadora de Weeks, quien se consolidó definitivamente como segunda base titular al ser canjeado Mark Ellis a los Rockies de Colorado.
En sus primeras tres semanas fue el co-ganador –junto al también veloz jardinero Ben Revere, de los Mellizos de Minnesota- del premio Novato del Mes de la Liga Americana.
Weeks trae tanta energía a la alineación de los Atléticos que Melvin no ha titubeado en instalarlo como su primer bate por sobre el experimentado jardinero central Coco Crisp.
“Tengo nervios, pero al mismo tiempo son nervios de emoción, como de que vengo preparado a jugar”, se autodefinió Weeks, uno de cuyos principales ídolos es el relampagueante paracorto de los Mets de Nueva York, el dominicano José Reyes. “Trato de hacer el mejor uso posible de mis piernas”.
Las tribunas de Oakland suelen enloquecer de la emoción cuando Weeks conecta una de esas líneas que pasan echando candela hacia los jardines porque saben que el joven de 24 años de edad tiene el potencial para pegar triples en cantidades industriales.
Sus 14 bases robadas, sumadas al comenzar la penúltima semana de agosto, son la mayor cantidad para un novato de los Atléticos desde que el dominicano Luis Polonia logró 29 en 1987, y sus ocho triples solamente han sido superados entre los noveles de Oakland por los 10 del propio Polonia.
Apenas tiene dos meses en las Grandes Ligas, pero ya encabeza a los novatos de la Liga Americana en triples y es tercero en dobletes (14) y bases robadas, así como cuarto con partidos de más de un hit (23). De paso, promedia .380 con corredores en posición anotadora.
No espere que conecte muchos jonrones. Disparó 16 en 1,081 turnos en las Ligas Menores y a lo mejor se destapa con uno de vez en cuando en el Béisbol de Lujo, pero Melvin preferiría que no intentase darlos, aunque su hermano mayor, Rickie, intermedista de los Cerveceros de Milwaukee, ha sacudido 108 en las Grandes Ligas, incluyendo 29 en el 2010.
“No quiero que esté pensando en dar jonrones”, advirtió Melvin, a una pregunta de Béisbol por Gotas. “De paso, Rickie es más robusto”.
“Eso me lo repite todos los días”, informó Jemile, mientras examinaba uno de sus bates.
Lo que si le gustaría a los Atléticos es que Weeks, seleccionado por los Cerveceros en el proceso de reclutamiento o draft del 2005 -prefirió irse a jugar con la Universidad de Miami- diera pasos en firme hacia el progreso como segunda base ya que sus 11 errores en 64 juegos encabezan a los intermedistas de la Liga Americana en marfiladas.
Para su fortuna, tiene como maestro al instructor de tercera base de los A’s, Mike Gallego, ex jugador de ascendencia mexicana que en 1,111 cotejos en la Gran Carpa se caracterizó por su pericia a la defensiva.
Desde el palco de la prensa se observa como Gallego llega bien tempranito al diamante con un par de centenares de pelotas para trabajar con el novato en los diferentes secretos para la buena defensa.
“Esto es bien importante [contar con un instructor de la talla de Gallego]”, agradeció Melvin. “Hay que darle crédito a ambos, por el trabajo diario que realizan”.
En otras palabras, el ataque ya está allí, la defensa vendrá con el tiempo.
“Si usted observa a Weeks pudiera decir que su ofensiva está por encima de su defensa, pero es lógico que un joven será más sobresaliente en un área que la otra al momento de subir a las Grandes Ligas”, analizó Melvin. “Trata de combatir eso trabajando fuerte, aún a sabiendas de que juega a diario”.
A Gallego le encanta trabajar con sus jugadores de cuadro, especialmente con Weeks, como si fuera un escultor tratando de moldear del barro a una obra de arte a la defensiva.
“Lo que me impresiona más es que es un excelente estudiante que desea aprender y pone atención a al juego”, definió Gallego. “Sabe que hay que esforzarse. Cuando se tiene a un pelotero con esa disposición, el arduo trabajo de los instructores es mucho más sencillo.
“Obviamente, él subió como un pelotero basado en su ofensiva, un tipo electrizante por su velocidad y las cosas que trae al plato”, describió Gallego. “Jemile entiende ahora la importancia de la defensiva y está dispuesto a salir al diamante a darlo todo para mejorar”.
Y el ex ligamayorista se siente bien contento por el progreso de su pupilo.
“Cuando lo vi por primera vez hace un par de años era obvio que su defensiva estaba un poco deficiente, pero al ascender nos demuestra a todos que estábamos equivocados”, diagnosticó Gallego. “Va mejorando frente a nuestra propia vista y apenas puedo esperar por el producto que tendremos en unas dos temporadas”.
Tremendo primer bate, catalizador con enorme velocidad y futuro segunda base confiable. Con razón el gerente general Billy Beane y sus expertos reclutaron a Weeks con su primera escogencia en el 2008.
Esa pieza para el porvenir va proyectándose cada día mejor con Weeks, sin duda uno de los peloteros jóvenes más electrizantes del mejor béisbol que se juega en el planeta.
Hasta pronto y, por favor, nunca pierdan la esperanza.
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