Blog de Víctor José López /Periodista

sábado, 30 de julio de 2011

CARLOS MONTENEGRO: La Paz Está Perdiendo la Guerra

© Carlos M. Montenegro
Una simple mirada alrededor del mundo, ahora que se puede, aunque sea de forma virtual, ofrece un panorama desolador. De toda la vida y en todas las épocas pasadas, llenas de guerras por todas partes, éstas se terminaban y se instalaba la paz por tiempos más o menos largos, pero se instalaba. Su duración era según la administraban los ganadores. Los había abusadores que pronto sacaban las garras y se dedicaban a putear a los vencidos con lo que la rebelión estaba servida y vuelta a empezar, pero hubo también ganadores más listos que no se pasaban tanto y lograban paces más duraderas. No es cosa de hacer un catálogo de unas paces u otras, pues quedaría yo muy mal parado, pero vamos que “grosso modo” ojalá sirva tan magra explicación.
Observando al siglo XX, del cual he vivido un buen trozo, la cosa se hace más fácil, aunque no pienso exagerar. Se me ha ocurrido el tema tras la avalancha de información, sobre el horrible suceso en Oslo, Noruega, esta misma semana; después de unos días se saben bastantes cosas: que un loco fanático, o tal vez fanático enloquecido, tanto da, al parecer hizo estallar una bomba en el mero centro de la ciudad junto a la sede del gobierno, con la intención seguramente de matar más gente de la que murió, y acto seguido, armado hasta los dientes se trasladó a una isla cercana, donde en un campamento de verano lleno de jóvenes al parecer militantes del partido laborista se dedicó a ametrallarlos hasta que se le terminaron las balas. El resultado: unos ochenta muertos, un montón de heridos graves y algunos desaparecidos que se escondieron o se lanzaron al agua.
De entrada, la culpa se la echaron a los de siempre, es decir a Al Qaeda, a los Talibanes o fundamentalistas musulmanes, pero fue que no; las autoridades noruegas después de salir de su shock, han ido informando la verdad. A las pocas horas iba quedando claro que había sido un tal Breivik, de unos treinta años, noruego, blanco, catire auténtico, extrema derecha y cristiano, que poco después fue capturado y confesó que él y solo él había causado semejante monstruosidad. Ya detenido y puesto tras las rejas tras un juicio previo, ha declarado que causó la matanza, pero que no se siente culpable de nada. Confieso que esto es nuevo para mí, aunque espero que no vaya a sentar jurisprudencia—que ya hay bastante – y por supuesto que le den su merecido.
Tras la I Guerra Mundial, La Gran Guerra se llamó, (1914-1918), con millones de muertos, el mundo pensó que sería la última y se creó la Sociedad de Naciones (SDN), organismo multinacional que iba a velar porque no se repitieran semejantes eventos nunca jamás, con lo que el mundo respiró hondo y se llenó de un gran optimismo, tanto, que durante más de veinte años se instaló una paz tan eufórica que denominaron “los años locos” y “felices años 20”. Pero como pasa con el mal, al parecer tampoco hay paz que dure cien años, aunque los cuerpos puedan resistirlo; tras desmoronarse la ingenua Sociedad de Naciones, compuesta por 42 países, llegó la II Guerra Mundial (1939-1945); los vencedores crearon en 1945 otra mucho más ambiciosa llamada Organización de las Naciones Unidas (ONU). Los principales ganadores de la II Guerra (Reino Unido, Rusia, China, Francia y EEUU), se encargaron de controlar al nuevo organismo adjudicándose derecho a veto. En su carta fundacional no mencionaron para nada a la SDN, con lo que si alguien pensó que esta era la génesis de la ONU, se equivocó. La disolvieron en 1946 y ya.
La ONU Es el mayor organismo multinacional de todos los tiempos. Comenzó con 51 países firmantes de la Carta fundacional y hoy cuenta con 193, prácticamente todas las naciones soberanas con contadas excepciones. Se inauguró promulgando la Carta de los Derechos Humanos y su propósito fundamental es preservar la paz a la que están comprometidos todos los miembros firmantes. Echando una miradita desde lejos la verdad es que no ha servido para mucho en esto de preservar la paz y hacer respetar los Derechos Humanos. Sus miembros se han saltado las reglas con mucha frecuencia desde todos los bandos y han causado auténticos genocidios, baste mencionar a Rusia, China, los países balcánicos, algunos árabes y no sé cuántos africanos, amén de guerras como las de Corea, Vietnam, Irak, Afganistán, con intervención protagónica de EEUU e Inglaterra, Pakistán y las que no puedo recordar, o no me sé, a lo largo del siglo pasado y lo que llevamos de éste. Imposible posible enumerar los grupos terroristas de todas las raleas a lo largo y ancho de todos los continentes, menos Oceanía tal vez, así que literalmente no nos dejan en paz. La ONU tiene su ejército propio compuesto por fuerzas que aportan en mayor o menor medida los países miembros – los famosos cascos azules – aunque EEUU es el jefe porque es el que más aporta (cuestión de reales). Su misión consiste en colocarse en medio de los países en guerra para contenerlos, pero como hasta los niños de pecho saben, no les para bola nadie y con frecuencia también les dan lo suyo.
La profusión de organismos de control e ingentes cantidades de Organizaciones No Gubernamentales (ONG) de todo pelaje, poco logran controlar, ni siquiera tranquilizar un poco algo durante un rato, o que lleguen las ayudas milmillonarias a su destino para paliar desastres. A pesar de que no deben faltar honorables excepciones, perdonen mi escaso optimismo, pero no me negarán que hoy por hoy la paz no pega una y está perdiendo la guerra.
carlosmmontenegro22@gmail.com

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