Blog de Víctor José López /Periodista

jueves, 2 de junio de 2011

ÁNIMAS DE PURGATORIO



Dime con quién andas...



CARLOS M. MONTENEGRO
carlosmmontenegro@gmail.com


Los refranes son sentencias breves que vienen a expresar la sabiduría popular; uno de sus principales difusores fue Cervantes que los utilizó profusamente en boca del inefable Sancho Panza; los refranes son estupendos para explicar lo que con frecuencia es realmente inexplicable, y disculpen el pleonasmo.

El martes 24 pasado se supo que el gobierno norteamericano, haciendo uso de su habitual arrogancia, había impuesto sanciones a PDVSA, junto unas cuantas empresas u organizaciones internacionales, que están haciendo supuestos negocios peligrosos con Irán. Casi de manera instantánea, se dio una rueda de prensa conjunta por parte del canciller Nicolás Maduro, y el presidente de la empresa sancionada, Rafael Rodríguez, que es a su vez ministro de Energía, manifestando "su más contundente repudio a esta decisión, por constituir una acción hostil situada al margen del derecho internacional, violatoria de los principios enunciados en la Carta de las Naciones Unidas" (sic).

Dijeron que, como se sabe, EEUU está a punto de quebrar y en un acto de desesperación trata de acabar con nuestra independencia y quedarse con lo principal: nuestro petróleo; ambos funcionarios se extendieron sobre el discurso habitual y valiéndose de una cadena, para que el pueblo estuviera convenientemente informado de que no se va a permitir semejante tropelía y que se tomarán las medidas necesarias para impedir poco menos que una invasión por parte del imperio, apoyada por la extrema derecha criolla, pero que no se equivoquen, pues la revolución "se reserva la respuesta más adecuada a esta agresión capitalista" (sic); como se ve, más del mismo humo, que viene bien para distraer al personal en campaña electorera.

Pero en esa erupción de barroquismo ya desteñido, nunca explicaron cuáles eran los motivos en que se basó la administración Obama para dictar la dichosa sanción contra "nosotros" (no hay que olvidar que cuando conviene, PDVSA sí es nuestra). Da lo mismo, pues al igual que con otras sanciones de no sé cuántos organismos internacionales competentes, el gobierno hará lo que ha hecho siempre: ni puñetero caso, ya que no son más que "arteros ataques" contra la soberanía, bienestar y seguridad tan fabulosa que ahora sí disfrutamos por fin.

En la Asamblea Nacional, casi a la par se produjo un acalorado debate sobre el mismo asunto, donde los diputados afines al gobierno se rasgaron con saña las vestiduras con los habituales discursos patrióticos, extraídos del manual de cabecera para estos casos, y que dieron lugar a que hasta el presidente-moderador de la Asamblea, a voz en grito, aprovechara para recordarnos su glorioso pasado revolucionario, pero sin mención alguna tampoco sobre el fondo de la cuestión, y conminando a la oposición a estudia mejor la "historia pasada" (textual), nos recordó innumerables ejemplos de los desafueros cometidos por el imperio, en una reconstrucción de los hechos "ad hoc", que aunque sean verdad en origen, contados en versión oficial, sirven para escamotearnos qué ha motivado éstas sanciones.

El Departamento de Estado, junto a PDVSA, sancionó en el mismo paquete a otras compañías de Singapur, de Jersey e Irán, de Israel, Mónaco y Emiratos Árabes Unidos, todas vinculadas con Corea del Norte, Irán, Bielorrusia, y China.

El motivo es que de una u otra forma han servido para dar apoyo al gobierno de Irán, que está sujeto por la ONU a sanciones desde 1999, debido al tortuoso asunto de la energía nuclear, que aún no se sabe muy bien si es para generar energía con fines pacíficos o no, con lo que el mundo está en ascuas, pues pueden estar intentando fabricar armas atómicas.

Ante esa posibilidad se trata de mantener a raya al régimen iraní, sobre esa cuestión, y ese es el jardín donde nuestro gobierno nos ha metido sin que nadie nos haya llamado, junto a compañeros de viaje tan poco fiables. A nadie se le escapa el peligro que tiene una nación, con un gobierno fundamentalista que jura a los cuatro vientos que no parará hasta eliminar al estado de Israel, por ejemplo. También es sabido que mantenía relaciones cordiales con Bin Laden y probablemente con el avispero que ha quedado de al Qaeda tras la muerte de su gurú.

Imaginemos que Irán hubiera puesto, de haberlas tenido, armas nucleares en manos de Bin Laden cuando el asunto de las torres el 11-S. Es probable que quién no tuvo empacho en acabar con miles de seres humanos, no lo hubiera tenido en hacer lo mismo con cientos de miles o millones, al disponer de los medios. Ya lo dijo: la guerra contra los gringos es a muerte y según los hechos no "blofeaba".

Para EEUU la cuestión de Irán más que pretender su petróleo, que no es descartable, implica seguridad, igual que al resto de aliados en esa batalla, como la UE, los países árabes (no olvidar que los iraníes son de raza persa), o Israel y el Líbano mismo. Por lo que no es de extrañar que viéndonos con esos compañeros a cualquiera se le pueda erizar la piel.

Por otra parte las sanciones no impiden que sociedades de PDVSA puedan seguir operando, como Citgo en territorio norteamericano, e incluso seguir vendiéndoles petróleo. Dejar de hacerlo no sería para ellos tan relevante; 1,2 millones de barriles diarios no le abren ya ningún agujero grave en su economía, al parecer hace tiempo que han diversificado sus proveedores. Para Venezuela sin embargo es el mejor cliente, que provee la mayoría de sus ingresos, pues el resto casi lo regalamos o pagamos los créditos de China, que ya el gobierno ha recibido en efectivo sin que se sepa muy bien donde están los reales.

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