Blog de Víctor José López /Periodista

miércoles, 25 de mayo de 2011

OSWALDO GUILLÉN, CONTROVERTIDO Y GENIAL



Manolo Hernández Douen
http://www.beisbolporgotas.blogspot.com/


Entre ser un tremendo dirigente y un manager en busca de empleo hay una línea bien tenue.
Son pocos los que mantienen por largo tiempo el balance sobre esa difícil cuerda floja.
Ozzie Guillén, preparándose para la práctica de bateo en Oakland, asegura que no tiene ninguna varita mágica.
Afirma que un dirigente depende sólo de lo que hacen sus peloteros.
Quizás loco para algunos o profesional genial para otros, Oswaldo “Ozzie” Guillén suma puntos por todo lo alto, no sólo como gran representante latinoamericano, sino también como uno de los pilotos más sólidos del Béisbol de Lujo.
Sí, de vez en cuando explota en los titulares de prensa por alguna declaración controversial, pero ya es uno de los cuatro dirigentes de la actualidad que han pasado más tiempo al frente de un mismo equipo, lista encabezada por Tony La Russa con los Cardenales de San Luis.
¿Podrá ser algún día el número uno de la durabilidad? A Guillén ciertamente sí le gustaría permanecer por el resto de su carrera como piloto de los Medias Blancas de Chicago, eternizarse en la Ciudad de los Vientos donde creció como pelotero de las Grandes Ligas y donde se dio la enorme satisfacción de guiar a su plantel en el 2005 a su única corona de Serie Mundial desde 1917.
“Claro que me gustaría, ha sido mi sueño desde pelotero”, afirmó Guillén en una amena entrevista para Béisbol por Gotas. “Eso es lo que estoy tratando de lograr y ojalá lo pueda hacer. Es mi meta tratar de ser el dirigente de un mismo equipo, sería para mí un orgullo, una satisfacción.
“Crecí en Chicago, ya son 21 años trabajando con los Medias Blancas y me gustaría terminar mi carrera aquí”, puntualizó Guillén, quien ha dirigido a su equipo a cinco temporadas con marca ganadora en siete al frente del timón. “Dios quiera que mis peloteros jueguen bien para yo mantenerme en el equipo que yo quiero”.
La fórmula para lograr ese objetivo no va a ser inventar una nueva estrategia cada día o arrebatarle a Harry Potter la varita mágica para curar los letargos o vaivenes tan profundos que se pueden producir en la pelota, como aquel lapso de esta misma temporada en la que Chicago tuvo marca de 3-15.
Para Guillén, la manera de mantener la cordura es estar claro en una cosa: un buen piloto lo será en la medida en la que rindan sus peloteros en el diamante.
“En el béisbol tienes que tener como un switch que se apague y se prenda de un día para otro”, es la filosofía de trabajo de Guillén. “Si traes lo de ayer al juego de hoy vas a tener problemas en este trabajo.
“La única forma es confiar en ti mismo, verte en el espejo y saber que los movimientos que hiciste eran los que tenías que hacer”, explicó el venezolano de 47 años de edad.
“Todos los movimientos son buenos si los peloteros hacen el trabajo y todos son malos si no lo hacen”, enfatizó Guillén, cuya marca de 11-1 con los Medias Blancas del 2005 es una de las mejores de todos los tiempos en la postemporada desde que se juegan tres series. “Si ellos juegan bien, eres buen manager. Si juegan mal, no lo eres”.
Ganar ha sido un verbo muy bien conjugado por Guillén.
Sus 622 victorias (al comenzar las acciones el 23 de mayo) son el tercer total en la historia de la franquicia. Al terminar su contrato vigente hasta fines del 2012 se acercará considerablemente a los únicos que le preceden, que son Jimmy Dykes (899) y Al López (840).
Entretanto, tres dirigentes, incluyendo a famosos del timón como Dusty Baker y Lou Piniella, han pasado por el otro lado de esa metrópoli al mando de los Cachorros de Chicago desde el 2004, cuando Guillén se encargó de su equipo, hasta los actuales momentos.
A estas alturas, Guillén es tan popular en Chicago como el más alto de sus rascacielos.
Algunos esperan que diga algo fuera de tono o que se pelee acaloradamente con el árbitro, pero una cosa es segura: todos saben que daría su brazo derecho con tal de ganar otro título absoluto para sus Medias Blancas.
A lo mejor nunca podrá desarrollar una carrera como diplomático, pero su personalidad, elocuente para algunos o irritante para otros, no es un imán para atraer la atención. Siempre ha sido así desde que saltó al profesionalismo con los Tiburones de La Guaira en su natal Venezuela. Y siempre será así, aunque sus palabras o acciones le cuesten dinero por las multas que puedan imponerle.
Lo que quizás mucha gente no sepa es que la razón principal del porqué se siente tan seguro para hacer su trabajo es que cuenta con un hogar sólido como respaldo.
“Tener una buena esposa [es importante] porque nosotros estamos afuera tanto tiempo que ella es la que te cría a tus hijos de una manera bastante buena, de una manera respetuosa”, agradeció Guillén. “Gracias a Dios mis tres hijos [Oswaldo Jr, Oney y Ozney] y mi mujer [Ibis] adoran al béisbol, eso es muy importante.
“La gente, cuando empieza en el béisbol [piensa que todo] es dinero y fama”, profundizó Guillén. “Aparte de dinero y fama, el béisbol trae muchos problemas. Estás viajando todo el tiempo y eso trae muchas cosas en contra.
“Nací con esa suerte”, agregó el ex paracorto. “Dios me dio esa gran satisfacción, esa gran mujer que ha estado conmigo por mucho tiempo, apoyándome en las buenas y en las malas”.
El tiempo y obviamente los éxitos o los fracasos, escribirán la palabra final sobre sí Guillén permanece o no todo su carrera como dirigente en la Ciudad de los Vientos.
No obstante, va a disfrutar de esa función con el mismo orgullo con el que brillaba como paracorto o bateaba alguno de sus 1,764 hits en 16 campañas como jugador activo en la meca de la pelota.
Hasta pronto y, por favor, nunca pierdan la esperanza

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