Blog de Víctor José López /Periodista

martes, 12 de abril de 2011

CONSECUENCIAS DEL 11 DE ABRIL




Eddie A. Ramírez S.


La semana pasada resumimos los antecedentes del 11 de abril. Como señalamos, la masacre ocurrida en la Zona de Seguridad de Miraflores fue responsabilidad del teniente coronel. Hoy nos referiremos a las consecuencias.

Asustado por la magnitud de la marcha pacífica Chávez ordenó aplicar el Plan Ávila, es decir sacar al ejército para reprimir. La orden no fue obedecida por el general Rosendo y gradualmente los altos mandos de la Guardia Nacional y del Ejército desconocieron al presidente. Éste renunció verbalmente, solicitó lo enviaran a Cuba y acudió voluntariamente a Fuerte Tiuna.

Todo indica que en la oficialidad había un grupo conspirando desde hace algún tiempo y otro que actuó ante la masacre desconociendo a su responsable. Se impuso el grupo de militares y civiles que desconocieron la oferta inicial de permitirle a Chávez irse a Cuba, ante lo cual éste se negó a ratificar la renuncia con su firma. Los videos lo muestran conversando normalmente con generales y almirantes. Fue trasladado a la base naval de Turiamo y de allí a La Orchila. La oficialidad se percató del error inicial y aceptó que saliera a Cuba, por lo que estuvo a punto de firmar la renuncia, pero ya era tarde. Ante las discusiones sobre el decreto de Carmona y la gallera entre oficiales, el general Vásquez Velasco y otros generales decidieron, erróneamente, que era preferible regresar a Chávez. Éste nunca corrió peligro de ser asesinado como sigue alegando, fue evidente su derrumbe moral y a su regreso a Miraflores pidió perdón por sus errores.

El 12 de abril nadie movió un dedo para protestar por la salida de Chávez. Solo el día 13 a media mañana y ante el despelote en Fuete Tiuna y en Miraflores, se observaron pequeños grupos de afectos protestando y los oficiales simpatizantes del régimen empezaron a reaccionar. Ni Baduel, ni el pueblo regresaron a Chávez. La responsabilidad fue del comandante del ejército presionado por el descontento de los comandantes de batallones ubicados en Fuerte Tiuna que no estuvieron de acuerdo con el Decreto de Carmona. Los Considerandos de este polémico Decreto señalaban el vacío de poder ante la renuncia del presidente y la ausencia del vicepresidente; así mismo, varias violaciones a la Constitución por parte de Chávez, entre ellas las ilegales designaciones de los magistrados del TSJ, del CNE, del Fiscal, del Contralor y del Defensor del Pueblo. Por ello el Decreto los destituía.

Por otra parte, sin ninguna base, el Decreto destituía a los diputados y facultaba al presidente de facto para destituir o no a gobernadores y alcaldes y designar a sus sustitutos. Estas dos decisiones no se justificaban y no contaron con apoyo político, ni militar. A última hora se intentó cambiarlas, pero ya era tarde. En descargo de Carmona hay que citar que el Decreto convocaba a elecciones parlamentarias en ocho meses y presidenciales “en un lapso que no excederá de 365 días” y el presidente de facto no podía ser candidato. Los errores frustraron una gesta cívica que debió tener un final feliz. Por el contrario, gradualmente se estableció un totalitarismo siglo XXI que tendremos que derrotar electoralmente en diciembre del año entrante.

Como en botica: En su Informe 2010 Pdvsa reconoce que tiene 92.299 trabajadores, pero que desconoce el nivel educativo de 34.150 de los mismos. A la empresa Inspectorate, contratada para auditar el volumen de petróleo exportado por Pdvsa, le rescindieron el contrato, ¿ o los auditores decidieron no avalar mentiras? ¡ No más prisioneros políticos, ni exiliados!
eddiearamirez@hotmail.com El universal.com, 12 de abril 2012

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