Blog de Víctor José López /Periodista

domingo, 17 de abril de 2011

ÁNGELES MASTRETTA: "COMO QUIERAN LLAMARLO"





Ángeles Mastretta el 17 Abr 2011
http://lacomunidad.elpais.com/puerto-libre/posts


Adormilados en la tarde de agosto, anhelantes y fieros en la tardes de abril, ruidosos y febriles cualquier mañana de junio, estrafalarios y mórbidos, sibaritas y versátiles, incandescentes y ávidos, los puertos libres fueron, durante muchos años, lugares que sólo se parecían entre sí, provincias a las que el azar y el decreto convirtieron en los únicos sitios que sin tamiz alguno podían se habitados por los más extraños objetos, por todas las mercaderías, lujos y locuras que el mundo enviara a sus playas.

Punto: Un decreto presidencial concedió, en algún momento del siglo pasado, a los puertos menos habitados, más distantes y muchas veces más pobres de México, la condición de puertos libres. Lo que significaba que en un país, del que ya casi no tenemos memoria, en el que los impuestos a las importaciones eran de un abuso inexplicable, había lugares con permiso para dejar entrar cualquier mercancía, miles de maravillas, sin que mediara pago de impuesto alguno.

Punto y seguido: En homenaje a estos lugares extraordinarios, que dejaron de existir cuando todo el país se volvió un puerto libre al que muchas veces importamos hasta el maíz para las tortillas, he querido llamar Puerto Libre a este blog.

Puntos de interrogación: ¿Cuáles son los sitios por los que nuestra imaginación, nuestros deseos, nuestra necesidad de embrujos y abalorios deberán cursar para ganarle a la vida algo mejor que la realidad?

Punto y aparte: Yo creo que éste puedo ser uno de ellos. Pienso que la fortuna nos ha dado este lugar como un refugio para la inocencia y el riesgo, la fiereza y los desvaríos. Sin duda para la inteligencia y la voz de los más sabios. Por eso traje ayer, hasta aquí, el texto que Ricardo Bada envío a sus amigos, comentando este puerto. Yo agradezco siempre su mirada conocedora y ávida. Su complicidad y la de ustedes.

En mi opinión a este raro territorio podemos llamarlo también playa, torre, campo, nave y conventillo. El caso es andar aquí. No hay que poner inconvenientes al nombre que cada lector quiere darle a esta región del espacio en la que justo se trata de permitirnos de la libertad.

Punto final: Este de hoy, es el post número quinientos. Y en México son las dos de la mañana de un día largo. Buenas noches, buenos días. Feliz domingo.

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