EL DERBY ENTRE LOS DERBYS
Joe Torre ha de disfrutar volver a Nueva York, estrenar el nuevo Yankee Atadium, vestir el uniforme de Dodgers y jugar contra George y Hank Steinbrenner ...Además!
Cuando renació el béisbol, luego de la terrible huelga de 1994, cuando los equipos en un intento de frenar la espiral inflacionaria propusieron cortar por lo sano e imponer un tope salarial a los jugadores, se toparon con la unión gremial de los profesionales. Fue una terca defensa de los derechos que tienen los profesionales como empleados, en un momento que no había ídolos en el terreno, ni se vivía el béisbol con la pasión del pasado.
Moría el béisbol en un momento que renació el hockey sobre hielo como una alternativa para los aficionados, recobró fuerza el baloncesto y el fútbol americano vivía un momento dorado. Los campos de béisbol de América, desde el histórico Yankee Stadium de Nueva York al espectacular Skydome de Toronto, se quedaban vacíos.
Como cura a la enfermedad provocada por la decepción vivida por los fanáticos al béisbol, Bud Selig, Comisionado, propuso alternativas en las que se ganó la animadversión de muchos. Selig entendió que los problemas que vivía el béisbol espectáculo presentaba a su inventiva muchas, pero muchas oportunidades.
Una de las soluciones que propuso el Comisionado fue recurrir a la rivalidad natural de los equipos, aquella que yace en el ánimo de los aficionados de una misma ciudad, como sucede en todos los deportes del mundo, incluyendo al béisbol de las grandes ligas. El fútbol reúne en “derbys” las confrontaciones entre los equipos de Madrid, Barcelona, Roma, Buenos Aires, Río, y Selig lo que hizo fue revivir y rescatar algo que en el transcurso de devenir histórico de las Series Mundiales entre Dodgers y Yankees, que se convirtieron en clásicos del béisbol. Bud Selig propuso como solución los juegos entre las distintas novenas de una misma ciudad, que denominaron “los interdigas”.
Muchos se opusieron cuando se supo la noticia, y muchos aún lo consideran una aberración; pero son los más los que seguimos con estos juegos. Que, a la postre, han resultado un gran atractivo y un éxito económico para los organizadores.
REVIVIR LOS YANKEES - DODGERS
En lo personal vemos con ilusión una Serie Mundial que vuelva a reunir a dos equipos que, cuando estaban en la misma ciudad, la ciudad de Nueva York, escribieron páginas apasionantes. Nos referimos a las siete series mundiales que dirimieron Yankees de Nueva York y Dodgers de Brooklyn, de las que los del Bronx vencieron en siete oportunidades a Brooklyn. También en Nueva York tuvieron mucho calor pasional las series entre Yankees y Gigantes, cuatro victorias para los del Bronx y dos para la gente de Flushing.
Otras ciudades que vivieron tímidamente estos “derbys” fueron Chicago, en una oportunidad en la que Medias Blancas se impuso a Cachorros, San Luis, entre Carmelitas y Cardenales en el que los pájaros vencieron y en la Bahía de San Francisco, aquella Serie Mundial en la que Atléticos de Oakland superó a Gigantes de San Francisco.
Más no es de un derby el que nos ocuparíamos, nos convoca en base a los anteriores argumentos la posibilidad de una Serie Mundial entre Dodgers de Los Ángeles y Yankees de Nueva York, a manera de rescate de la apasionante vida de estas dos novenas cuando se han enfrentado entre sí. Dirán ustedes, amables lectores, que es demasiado pronto para especulaciones y que es pavoso ponerse a contar los pollos antes de nacer.
Esta especulación la sostenemos en las posiciones que tan privilegiadamente tienen Yankees y Dodgers en sus respectivas divisiones. Nueva York le sava considerable ventaja a Boston, y Los Angeles a Colorado. Dirán ustedes, amables lectores, que “los otros equipos no son mochos”, y en realidad ahí es donde está la especulación.
Sin embargo, el béisbol da para esto y para más, siempre será muy sabroso recatar de las amarillentas páginas del recuerdo las siete Series Mundiales disputadas entre Yankees y Dodgers.
EL BRONX PROVOCA LA EXPULSION DE BROOKLYN
La primera fue la de 1941, cuando el legendario Joe McCarthy era el manager de Yankees, y Leo Durocher de Brooklyn. Aquel año fue cuando Joe DiMaggio logró la cadena de 56 juegos consecutivos conectando imparables, Brooklyn llegó a una Serie Mundial luego de 21 años y los juegos se disputaron en Ebbets Field de Brooklyn y el Yankee Stadium del Bronx. Nueva York ganó 4 – 1.
Seis años más tarde , 1947, Dodgers llegó en el hombro de Jackie Robinson lleno de ilusiones para derrotar al equipo de Bucky Harris, y a pesar de haber sido una serie cerrada que se prolongó por siete partidos, Fue el debut de Yogi Berra en una Serie Mundial. Quien en el tiempo se convirtió en emblema de Yankees, salió a batear de emergente en el séptimo inning del tercer juego asombrando a 33 mil espectadores en el Ebbets Field con un jonrón en su primer turno en una Serie Mundial. Yankees ganó el juego (9-8) y la serie (4-3)
En 1949 Yankees estrenó a Casey Stangel como manager, y el viejo timonel estaría por muchos años más con Nueva York y en series mundiales. No existían los Steinbrenner en el béisbol, y las cosas eran distintas a las que ha vivido Joe Torre. Burt Shurtton fue el piloto de Brooklyn y Nueva York se impuso (4-1) destacándose el que Dodgers se había convertido en un equipo con estupendos peloteros negros, como el ya mencionado Robinson, Roy Campanella en la receptoría y Don Newcombe, un gran lanzador que jamás pudo ganar en series mundiales.
Filis y Gigantes fueron rivales de Yankees en los años 50 y 51, y Dodgers volvió en 1952 para una electrizante Serie Mundial para Nueva York (4-3), que se decidió en el séptimo inning del séptimo, juego cuando el relevista Bob Kuzava dominó a Duke Snyder y obligó a Jackie Robinson a conectar un flancito sobre primera que dominó al inicialista Joe Collins, ya que la bola se metió en el sol cegando al primera base yankee; pero, ahí estaba Billy Martin, que atrapó la bola para el tercer out , hizo el cero y evitó que Brooklyn se fuera arriba. Había nacido la relación “amor – odio” entre Billy Martín y Nueva York.
Mucho fuego para apagarse con un balde, y por ello Dodgers y Yankees volvieron al pennat en 1953, para continuar con la dictadura yankee a pesar que Dodgers tenían en su roster a Robinson, el Más Valioso, y Junior Guilliam, Novato del Año. Yankees 4 Dodgers 2.
En 1955 llegó a Brooklyn Sandy Amorós, y sería este cubano quien sacaría a Brooklyn de sus siete derrotas consecutivas en series mundiales, cinco de ellas frente a Yankees de Nueva York. ¡Al fin! Ganó Brooklyn, (4-3) y el héroe fue Edmundo Amorós, quien logró un engarce salvador en el sexto episodio del sétimo partido de la serie al atraparle un batazo contra la valla del left a Yogi Berra. Fue de tal magnitud la conexión, que Gil McDougald nunca pensó que Amorós atraparía la bola, pero el cubano no sólo la agarró sino que lanzó a Pee Wee Reese en un relevo a la inicial donde sorprendieron a McDougald abierto e hicieron el doble play. Dodgers ganó 2 – 0, para titularse Campeón y vencer a su archirrival Yankees de Nueva York (4-3) en la serie Mundial de 1955.
La última vez que se enfrentaron estos dos equipos con sede en la ciudad de Nueva York fue en 1956, cuando dos “hall of famers”, Casey Stengel y Walter Alston condujeron Yankees y Dodgers en otra cerrada serie (4-3) en la que volvió a vencer el conjunto de Yankees.
LA VENGANZA DE JOE TORRE
Es cierto que estos dos equipos se han vuelto a enfrentar, no como equipos de Nueva York ya que Dodgers cambió su sede a Los Angeles, California. Lo hicieron en cuatro oportunidades 1963, (4-0 Dodgers), 1977 y 1978 (4-2 Yankees en cada una) y 1981 (3-2 Dodgers), lo que hace que l relación entre estos dos clubes en series mundiales sea de Yankees 8 y Dodgers 3 series mundiales.
La situación actual tiene un ingrediente que nunca antes existió en esta histórica rivalidad, y es la presencia del manager Joe Torre con Dodgers de Los Angeles. Torre, al alimón con el periodista Jim Verducci, escribió un libro el pasado verano titulado “The Yankee Years” en el que lanza dardos contra propietarios, ejecutivos, directivos y jugadores Yankees, como Alex Rodríguez, George Steinbrenner y Brian Cashman por ejemplo. A Alex Rodríguez, a quien la prensa de NY identifica como “A-Rod” lo llama “A - Fraud”. Toca muy directamente al favorito del equipo, Derek Jeter y muy especialmente a Steinbrenner y familia.
The Boss”, como Steinbrenner gusta que le llamen, según Torre no se portó nada bien con él, a pesar de los muchos años que estuvo en el equipo, y George Steinbrenner ha manifestado que “Joe (Torre) no podría ganar en serie Mundial”.
Imaginan ustedes este choque, pues además de todo lo que está en los anales, se le ha agregado el morbo del escándalo.
¡Para coger palco!
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