CHAVEZ editorial El Heraldo, Honduras

CHAVEZ

(Editorial de "El Heraldo" de Honduras
DOMINGO 12 DE JULIO 2009))


Chávez, el polémico presidente venezolano, no solo promulga un discurso populista que cautiva a las masas, sino que con sus petródolares ha impulsado un proyecto político que lo ha llevado a colocar o ganar piezas en América Latina. Las acciones de Chávez y sus adlátares han sido antidemocráticas: atentar contra la libertad de expresión y de prensa, destrucción de la institucionalidad jurídica, asaltar la propiedad privada, promover elecciones en las que siempre ganan los mismos.
El ex guerrillero salvadoreño, Joaquín Villalobos, hace un retrato extraordinario de Chávez: "Un tipo que tiene unas características intelectualmente pobres, una mezcla entre pastor evangélico y soldadote con voz de mando. Es una vergüenza que la izquierda en América Latina le rinda pleitesía. Yo puedo estar en desacuerdo con Fidel Castro, pero el hombre es brillante, y Chávez solo es un payaso".
En la crisis política hondureña, hemos escuchado a un Chávez lleno de injundia y odio. Un Chávez amenazante. Y es que en Honduras, las cosas no parecen favorecerle y las piezas que tenía, no parecen haber respondido a sus expectativas. Cuando uno escucha a Chávez, con su gastada verborrea plagada de insultos y groserías, pareciera que fuera el dueño de la personalidad del depuesto presidente Zelaya. Ha sido tanta la nefasta influencia de este militar golpista que ahora hasta le reclama públicamente sobre los ambivalentes pasos que ha dado el depuesto mandatario. Lo regaña por su encuentro con la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, y le cuestiona que haya aceptado la mediación del presidente de Costa Rica, Óscar Arias. Es más, le sugiere que debe retirarse del diálogo y que se salga de San José. Y ¿qué fue lo que hizo Zelaya? Pues ni más ni menos lo que pidió su maestro. La intervención directa de Chávez en la crisis hondureña, desde la amenaza de enviar soldados, violar nuestra soberanía nacional al enviar un avión para azuzar a una masa en la capital hondureña el domingo pasado, hasta descalificar la mediación de Costa Rica, merecen llamar la atención de todos los hondureños y del mundo entero, por cuanto la dimensión de sus acciones intervencionistas solo demuestran que Honduras significaba una pieza importante para su proyecto político-ideológico. Su inversión política y económica en Zelaya y su séquito no parece rendirle los frutos que esperaba. A estas alturas, Chávez ya se desengañó y ahora tiene claridad que el paisaje que le pintaban sus pupilos desde Tegucigalpa es ahora para él una horrible caricatura.