CARACAS FC EL ROJO QUE SI QUIERE CARACAS
CELEBRAR EN ALTAMIRA será una tradición para el hectacampeón venezolano, el Caracas F.C. Igual que el Atlético festeja en Neptuno, el Madrid en Cibeles y el Barça en La Fuente de las Canaletas, El Rojo celebrará sus triunfos coperos en la Plaza Altamira.
Imagino que la reunión del grupo campeón con la afición, debe de haber llenado de orgullo al doctor Guillermo Valentiner, arquitecto de esta grata respuesta deportiva, que le ha dado hasta un perfil a una ciudad que había perdido su identidad. Una historia, llena del drama deportivo en el que es reúnen el goce y la pena, que nació de las páginas de Meridiano en octubre de 1989, cuando el doctor Guillermo Valentine leyó en las páginas de nuestro diario la noticia de que “el Caracas FC no se presentará a su compromiso con el Unión Deportivo Lara y que peligra la franquicia caraqueña en la primera división del fútbol profesional venezolano”.
No había plata, sobraba corazón y faltaba el apoyo económico, Era el guión del eterno culebrón del fútbol venezolano. Los capitalinos que aún no se identificaban con “el rojo”, tuvieron una gran actuación en la temporada del 1987, habían sido dirigidos por nuestro siempre admirado Manuel Plasencia. El equipo Caracas había ganado el octagonal, y luchaba por meterse en la Libertadores. No pudo, Marítimo y Táchira se lo impidieron.
La noticia leída por Guillermo Valentiner en Meridiano le preocupó, y este gran venezolano cada vez que se ha preocupado en la vida, se ha ocupado. Y se ocupó en reunir a los ejecutivos de Laboratorios Vargas para informarles, participarles que había que hacer algo para que Caracas no se quedara sin su enseña en el fútbol nacional.
Todo ocurría el lunes 2 de octubre de 1987; el martes 3 se reunió Valentiner con la dirigencia del Caracas FC, dispuesta a tirar la toalla y el 4 de octubre de 1987 la Organización Cocodrilos de Caracas se echaba al hombro al equipo con toda su carga económica.
Valentiner había comprado el equipo en la suma de un bolívar. No cabe duda, era el bolívar más fuerte de la historia.
El domingo 8 de octubre de 1987, con apenas tres días de entrenamiento, se presentó el Caracas F.C. al viejo Estadio Nacional, el remozado "Brígido Iriarte", para enfrentar al encopetado Deportivo Italia. Aquel domingo El Rojo venció por un gol a cero al histórico Italia. Ahora, siete días atrás, el 31 de mayo de 2009, El Rojo se enfrentó al Italia, y le arropó con un 0 – 5 definitivo.
Han pasado 21 años y con siete meses y 22 días de aquella fecha. Un día que se incrusta como una lentejuela, en un capote de esperanza. Fue el día que comenzó a escribirse una gran historia deportiva, la más importante del fútbol nacional, cuya autoría intelectual es de nuestro muy admirado Guillermo Valentiner.
Un cuento para soñadores, el catecismo para los dirigentes deportivos , el ejemplo que resume el significado del éxito, que para triunfar en el deporte, como en la vida, es necesario hasta morir en la cancha.
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