Invasores del Nuevo Circo de Caracas,
protegidos por la fuerza pública,
ofenden el bronce de César Girón
por El Vito
Venezolana de Televisión hizo una “fiesta” de la transmisión del bochornoso espectáculo, excitando y exaltando la heroicidad de los ofensores que ofendieron la memoria del Gran Girón,gozándose de la podredumbre escatológica que les envuelve el espíritu y sus ya deprimentes cuerpos.
No sólo fue invadido el Nuevo Circo, ahora los invasores agreden la venezolanidad, y lo hacen amparados por las fuerzas del orden público.
Justifican su sinrazón alegando ser defensores de “los derechos de los animales”, intelequia sólo sustentable por la compleja trama de la irracionalidad de este proyecto que nos sumerge en la inmundicia política.
En un afán protagónico, los invasores de la Plaza de Toros de Caracas, con las cámaras de Venezolana de Televisión excitando y exaltando su heroicidad, gozándose de la podredumbre escatológica que les envuelve el espíritu y sus ya deprimentes cuerpos, ofendieron de hecho la memoria del gran venezolano César Girón. Ultrajaron la faz del caraqueño colocándole en la nariz una bomba de las que usan los payasos, a un hombre que regó arenas con sangre venezolana para conquistar otras naciones.
Invasión que tuvo la anuencia de un gran capitán ideológico del podrido proyecto, Juan Barreto, y que ahora tiene la anuencia Jorge Rodríguez, en su condición de burgomaestre.
Los invasores se sintieron valientes a ser apoyados, al embadurnar la estatua de bronce que el pueblo de Caracas erigió en homenaje a César Girón.
No es el primer ultraje, ya antes lo habían hecho en Maracay.
Estos invasores ignoran quien fue César Girón. No saben qué significa este gran hombre para los venezolanos. Les importa un comino su ejemplo, ejemplo de niño de pueblo que por méritos propios fue capaz de izar la bandera nacional allende nuestras fronteras.
César fue el niño de alpargatas, como lo cantó Alfredo Sadel, que se convirtió en el hombre del pueblo auténtico que Venezuela quería ser.
Girón lo hizo en la grandeza del triunfo ante los toros bravos, no como estos extraños individuos que se amparan en una cuestionada fuerza pública, y que viven en medio de la podredumbre de la derrota física, espirirual e intelectual, pretendiendo ser diferentes.
Girón en sus días de gloria supo conquistar Francia, Portugal, España, Colombia, Ecuador, el Perú, México y todos los rincones de Venezuela, con el orgullo de ser venezolano. Como orgullosos de ser taurinos nos sentimos hoy, gracias a que fuera César Girón quien nos señalara el camino por el que caminó envuelto en el tricolor patrio.
Esta sociedad está tan, pero tan corrompida, que la corrupción está corrompida.
Sentí pena ajena al ver, y constatar por Venezolana de Televisión, el goce de colegas de la comunicación por los nauseabundos acontecimientos que transmitían por un canal que supuestamente pertenece a todos los venezolanos.
No sabemos dónde vamos a llegar ...
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