Blog de Víctor José López /Periodista

sábado, 7 de febrero de 2015

CARLOS MALDONADO BURGOIN: Ilusión, realidad y ficción. un libro para abordar la identidad y el cambio

Identidad y cambio

                         Carlos Maldonado-Bourgoin
David R. Chacón Rodríguez
La Fundación Venezuela Positiva convoca a colaborar en su nuevo y oportuno libro, que lleva por título Ilusión, realidad y ficción. Los temas aquí tratados llaman la atención y seguro despertarán el interés del lector. Al abordar la identidad y el cambio, un desgarramiento nos produce al tomar conciencia de lo que pudo ser nuestro país y no ha sido por muchos motivos. Venezuela es poseedora de un paisaje privilegiado, convertido en un escenario tan disociado, desintegrado y maltrecho. En aras de la brevedad, en este trabajo tocaremos algunas ideas para suscitar preguntas en el fuero interno del lector.
Las crisis no son problemas, son la génesis de un mundo nuevo y –lo ventajoso de ellas– es que traen beneficio para el cambio y la transformación. Con las crisis vienen nuevas visiones e interpretaciones del mundo para resolver las deficiencias, integrándolo a nuevas formas de vida, de progreso y de cultura. Sobre los escombros se han creado nuevas ciudades, guardando rasgos del perfil e identidad, en equilibrio entre pasado, presente y futuro.
El tema que nos ocupa puede ser incómodo, pero es necesario referirlo en los términos e imágenes que proponemos. «Libertad  –decía George Orwell en frase memorable– significa el derecho a decirle a la gente lo que no quiere oír».[1]
Identidad
Identidad (del latín identitas) es un conjunto de rasgos propios, conciencia de ser y sentido de pertenencia individual y colectiva. Ella se pierde, se distorsiona y puede ser conservada. En tal empeño, todos necesariamente todos deben y tienen que caminar, yendo y halando en el mismo sentido aunque sea con distintos bueyes.
En algún momento del camino Venezuela perdió su rumbo, en un punto de inflexión se volvió una sociedad lapsa, egoísta, incoherente y sin dirección. Somos una patria que fue perdiendo sus rasgos y cuesta encontrarlos en el presente. Pongamos hipotéticamente tres años claves: 1974, 1983 y 1998.
La clase media determinante en el perfil general de una sociedad en desarrollo, se está yendo, la otra parte de esa clase media que no puede hacerlo o no quiere, se está desdibujando progresivamente, siendo cada vez más pobre. ¿Qué extraño maleficio, qué mal de ojo social le echaron a Venezuela para mostrar ante el mundo una faz tan decadente, resignada, sometida y triste?
Hacer colas en el día a día, desde hace tiempo, es nuestra mayor prioridad. Vamos en peregrinación por la ciudad y el país portátil a ver si hay azúcar, harina, pollo, papel higiénico… A toda hora y por todo hay colas. Volvimos al trueque entre amigos y familiares. Bertold Brecht, el dramaturgo, poeta, director de teatro y actor alemán escribió: "Primero va el comer, luego va la moral". Pronto, muy pronto, no habrá ni lo uno y mucho menos lo otro.
Venezuela fue capaz, propuso e hizo obras con criterio de ¡excelencia!: El Silencio y la Ciudad Universitaria de Caracas, esta última declarada Patrimonio de la Humanidad. Venezuela hizo la represa de Guri, y tuvo tiempo de pensar obras de arte en ella. Venezuela transmitió y vendió energía eléctrica a los países vecinos. Venezuela hizo la PDVSA azul, modelo de empresa y de gestión mundial. Venezuela fue noble, pacificó y reinsertó a tantos subversivos para la convivencia. La lista comparativa hecha a volandas es larga, pero se desvía del objetivo que nos convoca en este libro.
Inicios
Octavio Paz, figura de las letras y del pensamiento hispanoamericano universal escribió: “La mentira se instaló en nuestros pueblos casi constitucionalmente. El daño ha sido incalculable y alcanza zonas muy profundas de nuestro ser. Nos movemos en la mentira con naturalidad… De ahí que la lucha contra la mentira oficial y constitucional sea el primer paso de toda tentativa seria de reforma”.[2].
Nuestras sociedades se han puesto muchas máscaras. Los pueblos consolidan sus mitos y fantasías, también hay técnicas perversas que los deconstruyen. Buscar los orígenes es tener la clave para desmontar la carga altamente perniciosa con la que se está alimentando el imaginario colectivo popular, en el aquí y en el ahora.
Críticos y molestos fueron, hoy todavía lo son más, Francisco Herrera Luque y Carlos Rangel, leer sus libros son un modo de comprensión del país. Del buen salvaje a buen revolucionario, libro admonitorio que analizó con implacable crítica los mitos tranquilizadores de conciencias. Marcó un hito en la Gran Venezuela y fue quemado por un grupo de fanáticos liderados por un profesor indigenista en el campus universitario, como en los tiempos del Santo Oficio y de la noche de los cristales rotos (09/11/1938). “La obra de Carlos Rangel constituye una reflexión general sobre la discrepancia entre lo que una sociedad es y la imagen que esa sociedad tiene de sí misma”.[3]
Hoy, la obra de Carlos Rangel “se atreve a señalar las violentas y castrantes consecuencias que ese origen mítico tiene en nuestro presente”.[4] En la ensayografía del Continente, el libro ya es un clásico –y qué curioso– está agotado en nuestras librerías, dedicadas más a la venta de textos de autoayuda y entretenimiento.
Para muestra, citemos algunos contundentes párrafos:
Española y no Latina: “Los latinoamericanos no estamos satisfechos con lo que somos, pero a la vez no hemos podido ponernos de acuerdo sobre qué somos, ni sobre lo qué queremos ser. ¿En qué consiste, exactamente, ese ser latinoamericano que compartimos desde el Río Bravo hasta la Patagonia?”[5].
De las Indias al paraíso terrenal: “Los mitos fundamentales de América no son en absoluto americanos. Son mitos creados por la imaginación europea, o que viene de más lejos aún, de la antigüedad judeo-helénica y asiática, y van a ser reformulados por los europeos maravillados de haber descubierto ‘El Nuevo Mundo’ ”.[6].
El Buen Salvaje (del que hablaba J. J. Rousseau): “Buscando lo que pre-existía en su deseo, los descubridores crearon el mito más potente de los tiempos modernos: El Buen Salvaje, versión ‘americanizada’ o ‘americanista’ del mito de la inocencia humana antes de la caída, fábula destinada a tener inmensa fortuna en la historia de las ideas, desde luego igualmente inmensas consecuencias”.[7]
El Buen Revolucionario: “Para entender la transmutación del Buen Salvaje en el Buen Revolucionario, notemos que hay no sólo relación, sino identidad entre el estado del hombre antes de la caída y después de la salvación. El intermedio en un paréntesis en la beatitud natural. Los últimos días, serán como los primeros; el fin de la historia será el regreso a la Edad de Oro. […] En consecuencia, los latinoamericanos somos a la vez descendientes de los conquistadores y del pueblo conquistado, de los amos y de los esclavos, de los raptores y de las mujeres violadas. El mito del Buena Salvaje nos concierne personalmente, es a la vez nuestro orgullo y nuestra vergüenza”.[8]
Posterior al gran libro del periodista Carlos Rangel, el ensayista Ángel Bernardo Viso hizo dos contribuciones. Los títulos son: Venezuela: identidad y ruptura, y Las revoluciones terribles, necesarios de leer y releer en esta encrucijada en que se encuentra el país. La de “la superioridad acorralada por la inferioridad, valida en su mayoría numérica”.[9]
Por su lado Ángel Bernardo Viso dice: “Los hechos históricos sólo tienen importancia en la medida en la cual condicionan nuestra conciencia y la modelan en el transcurso de nuestro devenir”.[10]. Para nadie leído es novedad que la Independencia fue un cambio que detuvo la evolución que se venía dando, y necesidad hubo de continuar ese desarrollo echando a un lado pasiones y máscaras.
En otro libro Las revoluciones terribles el mismo autor Ángel Bernardo Viso escribe esta dura verdad. Dado su interés, la citamos in extenso: “Víctimas de un populismo sacralizado, los hispanoamericanos de nuestro tiempo –contentos de ser llamados latinoamericanos por haber olvidado su pertenencia a un Imperio que también era suyo, igual que ayer los naturales de la ‘malherida España’ machadiana, no logran acertar la mano con la herida. Inclinados a considerarse relegados por un destino adverso, y profundamente divididos, a pesar de los múltiples proyectos de integración –cuyo único, pero esencial error, es haber olvidado que el vínculo con la madre patria es el fundamento profundo de cualquier intento de unidad–, miran con recelo más allá de las fronteras y creen reconocer a enemigos perdurables, cuando en realidad comparten con los habitantes de los países vecinos la raza, la religión, la cultura y el tiempo histórico, mientras la inagotable retórica de los políticos dibuja rasgos diferenciadores ficticios que con frecuencia ocultan Estados no consolidados”.[11]
Despotricar de Roma en Europa no tiene cabida. Del latín vulgar nacieron las lenguas modernas, de esa herencia romana es el concepto de ciudad y de urbanismo, las instituciones, las leyes, los registros, los principios de autoridad, los cabildos, la filosofía, las artes, la gastronomía… Pujantes ciudades europeas fueron campamentos y colonias romanas en el pasado remoto. Lo señalo Eduardo Alberto Duhalde, Ex–Presidente de Argentina, en declaraciones al programa La noche en 24 horas, que se emite por la Televisión Española (TVE), en junio de 2014.
Pero como nosotros escupimos para arriba, desconocemos que gracias a las Ordenanzas de Minería, mediante Real Cédula del rey Carlos III (22/05/1783), el Estado se reserva en Hispanoamérica la propiedad del subsuelo, que las fronteras geográficas para la mejor administración en la colonia determinaron el trazado básico de nuestros países. Y que esas fronteras físicas son las que nos hemos armado mental e ideológicamente para sentirnos distintos y enemigos los unos de los otros.
La voz criollo, tan manoseada tuvo por primera acepción “hijo de europeo nacido en América”, hoy la relacionamos con lo propio, lo de aquí, lo arraigado donde esencialmente hay implícito un fogón, el mestizaje y lo europeo-occidental. Criollo llamaron los afrodescendientes al que era negro puro de allá.
Del Río Bravo hasta la Patagonia son considerados salvadores, visionarios y revolucionarios tantos demagogos y populistas quienes pregonan la vuelta atrás, de la harina pre–cocida de maíz al tiempo del pilón. Con distintas máscaras proponen destruir lo que hay para suplantarlo por una “furnia”, cubanismo que significa hueco o la nada. Eso se llama “hacer el indio”.
Laureano Vallenilla Lanz tuvo a bien recordarnos que la guerra de independencia fue una guerra civil: "Hasta 1815, la inmensa mayoría del pueblo de Venezuela fue realista o goda, es decir, enemiga de los patriotas”.[12] La emancipación la iniciaron los criollos o “escuálidos”. Fue dura y cruel la lucha. Juan Uslar Pietri, brillante escritor olvidado, trata el tema en La Estructura Social y Política de Venezuela, París 1951; Historia de la Revolución Popular de Venezuela, París. 1954; El Bravo Pueblo, Madrid. 1961.
El más craso error venezolano fue distanciarnos de la comunidad cultural hispana. Otros países lo hicieron mejor y tienen, por ello, mayor definición en su perfil como nación. Puede que la actitud venezolana se justificara, pero a la larga, esa débil identidad y cultura dio entrada a modos y formas que no nos pertenecen.
Sin embargo, Venezuela ofreció al mundo hispano a Andrés Bello, Rafael María Baralt, Rufino Blanco Fombona o Mario Briceño-Iragorry,… El poeta del pueblo Andrés Eloy Blanco pasó al ámbito internacional por Canto a España: “Yo me hundí hasta los hombros en el mar de Occidente, / yo me hundí hasta los hombros en el mar de Colón”.
A ese complejo de inferioridad de que Venezuela sólo era Capitanía General y no Virreinato, antepongamos cinco grandes hombres: Francisco de Miranda, Simón Rodríguez, Andrés Bello, Simón Bolívar y Antonio José de Sucre, máximos exponentes del gentilicio continental.
La “gran guerra” federal prolongó la distancia con la cultura e identidad hispana y con Guzmán Blanco se miró la cultura francesa. Por oposición adoptamos la voz Latinoamérica con que se etiquetó un proyecto neo-colonial galo. Olvidamos que éramos América Meridional, en los mapas, e Iberoamérica o Hispanoamérica al referirnos al área de influencia cultural española y portuguesa.
Además de esa tónica de negación de sí mismos (léase a Mariano Picón Salas en De la Conquista a la Independencia…), se desoyeron los latidos de la cultura aborigen y de la cultura africana, los venezolanos veían con distancia y del otro lado del patio todas esas presencias tan vivas en nosotros. Más que la sola apariencia física convertida hoy en resentimiento inducido, el mestizaje cultural venezolano enriquece y da fuerza a nuestros rasgos como nación.
La Fiesta de la Tradición, el acto de mayor relieve de la investidura de Rómulo Gallegos a la Presidencia de la República en 1948, marcó un antes y un después en el reconocimiento de esa parte de lo esencial venezolano. Por primera vez los compatriotas conocían de manera integral su folclore, gracias a Juan Liscano y Abel Vallmitjana.
Poco se cita los aportes culturales de las Islas Afortunadas o Canarias, toda la región hispana especialmente caribeña tiene rasgos isleños sin percatarnos de ello, incluso en el cantadito dulzón y acento con que hablamos.
Así mismo, han sido asimiladas las contribuciones de los españoles, portugueses e italianos que en importantes contingentes emigraron y trajeron aspectos que embellecen la calidad de vida, siembran la cultura del trabajo, del ahorro y la determinación en el hacer. Los hijos de esos venezolanos que vinieron de lejos han contribuido al crecimiento de nuestra nación, son de aquí, ellos son patria. ¿Cuántos apellidos judíos dieron nombre a instituciones y a actividades tan nuestras?
La aparición del petróleo va a traer un desfase entre el tiempo económico y el tiempo cultural, más rápido uno y más lento otro. Juan Liscano, figura polémica del acontecer venezolano apunta: “Los cierto es que la sociedad venezolana pasó de una etapa tradicionalista y pausada, a una etapa de aceleración, sin haber asumido su cultura o alguna forma de cultura propia. De primitiva y estancada en sus diversos estamentos, se arrojó un remedo de civilización preindustrial y consumista, que la aleja cada vez más de valores culturales. De allí que ni promueve ni consume cultura”.[13].
El norte es una quimera Luis Fragachán titula el sabroso merengue de cuya letra y música es autor. “Miami es como el espejo donde nos gustaría vernos”, escribe Rafael Arráiz Lucca.[14] Miami suplantó a Occidente en nuestros sueños y realizaciones. Para allá cogen chavistas y no chavistas, “sin distingo de raza, sexo, clase social o credo”.
Modelaje e imitación
Muchísimas formas y actitudes se adquieren por modelaje, conocido como aprendizaje vicario, observacional, imitación, modelado o aprendizaje cognitivo social. Desde que somos niños imitamos a nuestros padres, al vecino,… El filósofo español Fernando Savater (1947-  ) precisa: “En todo lo que llamamos «civilización», «cultura», etc. hay un poco de invención y muchísimo de imitación. Si no fuésemos copiones, constantemente cada hombre debería empezarlo todo de cero”.[15] Vayamos a lo que queremos decir en una parábola.
Hace mucho tiempo un Rey de España no podía pronunciar la “s”, tenía frenillo, un problema físico llamado lisp en inglés. Así que el Rey para no sentirse mal ordenó a su Corte a hablar como él, pronunciando todas las eses y zetas como /z/, interdentales. Así el rey disimuló su defecto físico y logró no parecer diferente. Ese es el origen del hablado de los andaluces y extremeños.
Hay buenos y malos modelajes, que la gente toma por imitación y gregarismo. Si la cabeza de un país es un impresentable, todos sus conmilitones lo seguirán y no tienen por qué ser mejores que el patrón. La Venezuela de hoy es el producto de un mal modelaje. A esa inversión de modos y de valores la llaman dizque “dignidad” e “igualdad”,… sin poner nombres ni el cascabel al gato.
Chocante contraste en comparación con el trato diario y coloquial de los venezolanos de ayer: fresco, directo, sencillo, cordial, lleno de humor… Ver los dos documentales presentados en uno Cecilia Martínez y Las Muchachas de Alfredo Anzola y Gabriela Fuentes, son toda una revelación para los que no tuvieron la oportunidad de vivir la época de los ´50 y ´70.
Sin ofendernos tomemos conciencia, Venezuela es «nueva versión», «refrito», «reedición», concepto que viene de la palabra inglesa «remake». Esto va a un lado y a otro de la sociedad, a los que creen que “están en una vaina” y los que “están en el proceso”. Estamos al día poniéndonos cuanto colgajo o “chiro” sale. Nuestro hablar es una tizana, en desconocimiento de los venezolanismos y la rica lengua española. Fingimos ser eficientes, modernos y globalizados con ese modo de expresarnos y esa gestualidad tan ordinaria. En la América del Alba hay más peluquerías, centros de estética y de implantes, que bibliotecas, centros culturales  en general… Poco puede esperarse de todo un colectivo encaramado en la apariencia física, el artificio y la fantasía. En el fondo, para la gente en general la justicia y la igualdad es llegar a alcanzar esos patrones del otro en cosmética social y a eso llaman “igualación” y “redención”.
La estética es un buen indicio de los valores y modelajes de cada época. Un aporte es libro Para una crítica del gusto en Venezuela, agudo y analista su autor de Roldán Esteva-Grillet[16] sabe que el gusto varía y que para comprender este gusto, bueno o malo, hay que conocer la sensibilidad de cada momento. Sin ello es bien difícil lograr percibir en el gusto y en sus generaciones lo snob, lo cursi, lo kitsch.
Aquiles Nazoa en su delicioso libro Caracas física y espiritual, Premio Municipal de Literatura 1967, decía: “Este libro es un Kaleidoscopio de temas de cambiante diversidad y de estilos. Entre sus curiosidades esta un tema que pulula entre nosotros, pero que suele nombrarse sino en ‘extremis causa’ mejor no citarse: La Pava o lo Pavoso […] Si la disposición de lo visible es capaz de influir de tal forma en los impulsos de nuestra subjetividad, es comprensible entonces la presencia de lo chato, de lo mediocre, de lo inestable y de lo ramplón, nos sintamos como ensombrecidos, como psíquicamente perturbados”. Nazoa cita la ciencia popular llamada la Mabitografía para describir la pava, y su medidor el Mabitógrafo (Pavómetro), el cual mide lo chato en pavovatios.
Rodolfo Izaguirre en su artículo “Échale bruca maniguá” con talento y gracia escribió: con el país cubanizado, yoruba, santero, desorientado y al garete, es decir, extraviado, sin democracia, sin harina, sin azúcar,… y llevado por el viento y la corriente sabemos, al menos, que bruca quiere decir monte, y maniguá, selva, y los Chacumbeles, tanto el propio como el otro, han terminado hundidos misteriosamente en el mal afamado mar de la felicidad”.[17]
Una locura y una estupidez es pretender una América India, una América Negra como la vuelta al tiempo de los Españoles de la Conquista. En el libro ¿Es Cuba socialista? su autor René Dumont, decía de Fidel Castro: “última expresión del conquistador español del siglo XVI”. El padre de la ingeniería agrícola en el mundo había roto relaciones profesionales con el tirano caribeño. Castro contradecía hasta las leyes mismas de la naturaleza, la tecnología y la ciencia, y su revolución agrícola terminó en fracaso como en fracaso y engaño terminaron tantas otras cosas más, ofrecidas por el héroe de los Caínes del mundo.
El cambio
En un encuentro esporádico se saludan con eufemismo unos amigos: “¡Qué bien te ves!” Esto no puede decirlo el visitante nacional o extranjero que viene al país después de algunos años: “¡Venezuela que bien te ves!”
La palabra cambio para los políticos es pensar en ganar elecciones, mientras que la palabra cambio para los verdaderos estadistas es pensar con responsabilidad en el futuro, no importa sea a mediano o largo plazo. Para una real situación de cambio debemos anteponer el bien nacional al los intereses políticos e intereses de partidos.
Entre tanto, todos debemos comenzar a cambiar nosotros mismos sin esperar a que todo nos lo resuelvan de afuera y el gobierno. La superficialidad y la infatuación son comunes en la actitud general del venezolano. En psicología infatuación nombra a cierto estado emocional caracterizado por el dejarse llevar por una pasión irracional.
Su Santidad el Papa Francisco al periodista Henrique Cymenman en reciente entrevista (13/06/2014), enuncio los titulares de la hoja de ruta para el hombre de hoy: “Es fundamental saber qué apellidos tengo para hacer los cambios desde la identidad”. […] “Nuestro sistema económico mundial ya no se aguanta”, dijo a su vez el Obispo de Roma, Monseñor Jorge Mario Bergoglio, Papa Francisco.[18]
La piedra fundamental de toda sociedad es la educación. El padre Luis Ugalde, s. j., Ex–Rector de la Universidad Católica Andrés Bello en el Encuentro la Educación de Calidad para Todos dijo:Estamos convencidos de la necesidad y urgencia de una educación de calidad para todos en Venezuela. Lo contrario es perpetuar la pobreza de los más pobres. Sin educación no es posible un país democrático y productivo. Urge una movilización nacional para llevar a la práctica los consensos fundamentales ya establecidos en la Constitución…”[19]
En Nuevas ideas para viejos problemas, libro de Fundación Venezuela Positiva, 2013, concluíamos en nuestra colaboración “La Propuesta educativa de Grases y Uslar”, con una sentencia del maestro Pedro Grases: “Venezuela será lo que sus hijos quieran que sea”.
Por su parte el veterano político social cristiano Eduardo Fernández expresó: “Hay que revisar el modelo político centralista y el modelo económico rentista y la cultura populista y la crisis de valores y hasta la crisis de afecto que están en el fondo de nuestra crisis nacional”.[20]
Necesario es reconocernos y ponernos en acción concordada y mancomunada en aras de un proyecto claro y sencillo, sin fantasías y con objetivos reales a ser cumplidos por etapas y con rigor, con “sentido, coherencia y dirección”. Patria somos todos, en ella está la convivencia y el respeto. En la patria está el derecho a ser felices, siendo distintos y diversos, el derecho a tener una calidad de vida por sobre todas las cosas y por encima del atajo y la maniobra. En anterior texto nuestro decíamos: “las políticas partidistas, el sindicalismo y el gremialismo han sido el “comején” de los proyectos, las estructuras y las instituciones venezolanos”. [21].
Volvamos a Octavio Paz quien con valentía dijo: “Nos movemos en la mentira con naturalidad… De ahí que la lucha contra la mentira oficial y constitucional sea el primer paso de toda tentativa seria de reforma”. Igualmente citemos George Orwell «Libertad significa el derecho a decirle a la gente lo que no quiere oír».
Sin recurrir a un malsonante escatologismo, en español hay una palabra corta muy sonora de amplia significación que designa: señal, indicación, piedra, hito, mentira. En Venezuela llaman a los mentirosos “mojoneros”. Con todo derecho y propiedad, exorcicemos esta nefasta era Mojolítica que ha destruido nuestra patria. En el encuentro Voluntades que construyen un país en el marco de la exposición Manifiesto país, en la Sala Mendoza, en la Universidad Metropolitana, el joven poeta Alejandro Castro con rabia y vergüenza exclamó: «Bolívar, tu nombre es una coartada»



[1] Orwell, George 1903-1950. Rebelión en la granja. Traducción de: Animal farm, por Rafael Abellá - Barcelona, Ediciones Destino, 1978, 18 cm. 186 p. Destinolibro. vol. v. 23. ISBN: 84-233-0922-3 JR20. Véase: p. 24.
3 Paz, Octavio: El laberinto de la soledad, Postdata; Vuelta a El laberinto de la soledad.- Fondo de Cultura Económica (FCE), México 1999, 351 p. Volumen Nº 471 de la Colección popular Vida y pensamiento de México. Fondo de Cultura Económica. ISBN: 9681659708, 9789681659707. Véase: p. 134).
[3] Prólogo de Jean-François Revel, a la obra: Rangel, Carlos (1929-1988).: Del buen salvaje al buen revolucionario: mitos y realidades de América Latina  / [por] Carlos Rangel.- 4ª ed.- Barcelona: Monte-Ávila, 1976. 257 p., 2 h.; 24 cm. D.L.: B 44414-1976 Oficina Barcelona. ISBN: 84-377-0049-3. CDU 008(8.03).
[4] Nava Contreras, Mariano José: Releer a Carlos Rangel. En: El Universal.- Caracas. Viernes, 4 de octubre de 2013.
[5] Rangel, Carlos (1929-1988).: Del buen salvaje al buen revolucionario: mitos y realidades de América Latina / [por] Carlos Rangel. Prólogo de Jean-François Revel.- 4ª ed.- Barcelona: Monte-Ávila, 1976. 257 p., 2 h.; 24 cm. D.L.: B 44414-1976 Oficina Barcelona. ISBN: 84-377-0049-3. CDU 008(8.03). Véase: p. 19
[6] Ob. Cit. p. 25
[7] Ibíd. p. 27.
[8] Ibíd. pp-30-31.
[9] Blanco Iturbe, Luis Felipe: “La profecía de 1969, artículo dedicado al doctor Uslar Pietri, El Globo, 09/04/2001, p. 26.

[10] Viso, Ángel Bernardo.: Venezuela, identidad y ruptura/ Ángel Bernardo Viso.- Caracas: Alfadil. 1982. 146 p., 1 h.; 19 cm.  (Colección Trópicos; 1). Incluye Indice. Véase: p. 15.
[11] Viso, Ángel Bernardo: Las revoluciones terribles. Caracas, Grijalbo, 2000, 175 p. ISBN: 9802932078, 9789802932078. Véase: p. 171-172.
[12] En: Cesarismo democrático y otros textos / Laureano Vallenilla Lanz.- Fundación Biblioteca Ayacucho. Nº 164. 1991.  382 p. ISBN: 9802761443; 9789802761449. Véase: p. 21.
[13] Liscano, Juan: “La cultura en los últimos cincuenta años”.
En: Venezuela moderna: medio siglo de historia, 1926-1976 / Ramón J. Velásquez... [et al.]. 2ª ed.- Caracas: Fundación Eugenio Mendoza [etc.], Editorial Ariel, 1979 imp.1059 p.; 21 cm.  (Horas de Venezuela; 3). Incluye Índices. Véase: p. 941.
[14] Arráiz Lucca, Rafael: “Como el samán, en Los rostros del venezolano. Caracas, Fundación Ecológica Pampero y Todtmann Editores, 1996, p. 17.
[15]  Fernández-Savater Martín, Fernando (1947-).: Etica para amador”.  Cap. VII. Ponte en su lugar.
[16] Esteva Grillet, Roldán: Para una crítica del gusto en Venezuela, Caracas, Fundarte / Alcaldía de Caracas, 1992.
[17] Izaguirre, Rodolfo: “Échale bruca maniguá”. En: El Nacional.- Caracas. Domingo 20 de enero de 2013.

[18] Papa Francisco en una entrevista con Henrique Cymerman, 13 de Junio de 2014. Disponible en:
https://www.youtube.com/watch?feature=player_detailpage&v=DvBjAQjg3uc
[19] Ugalde, Luis, S.J.: Dignidad humana y educación. Los “si” y los “no” según la constitución. En: Conferencia en el Encuentro Nacional “Por una Educación de Calidad para todos” (UCAB, 14 de Julio de 2014). Disponible en: http://www.cerpe.org.ve/noticias-lector-principal/items/338.html
[20] Fernández, Eduardo.: Problemas nacionales 2.
En: Ultimas Noticias.-Caracas. 11/07/2014.
Disponible en: Disponible en: http://www.ultimasnoticias.com.ve/opinion/firmas/eduardo-fernandez/problemas-nacionales-2.aspx.
[21] Maldonado-Bourgoin, Carlos:” Venezuela, cultura y petróleo”. En: Sembrando el petróleo: 100 años de historia.- Caracas: Fundación Venezuela Positiva, 2001. XV, 474 p.: il.; 23 cm. Incluye Bibliografía. Véase: Capítulo XXI.

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