Blog de Víctor José López /Periodista

martes, 16 de octubre de 2018

OÍDO EN LA CHATA por Víctor José López MALLORCA UN PUEBLO BRAVO


 Víctor José López


Se me salieron las lágrimas y sentí ahogarme viendo las escenas de la tragedia deSan Lorenzo del Cardasaren la Isla de Mallorca. 

 No, no tengo parientes en las baleares. Tampoco conozco a nadie en Sant Llorenç des Cardassar

Lo que tengo es una inmensa arrechera al constatar que, como nación, los venezolanos no somos nada. Nada somos  comparándolos con los mallorquines echándole bolas a la tragedia, dando la cara y poniendo el pecho para salvar su municipio en la comarca levantina de la Isla de Mallorca 

 Lo ocurrido en el municipio de Sant Llorenç des Cardassar, me recordóla tragedia en Vargas. Aquel deslave que recorrió las playas del Caribe, a lo largo de una extensión del Litoral Central. Acontecimiento convertido en pesadilla, de la que aún no despertamos. 
Aquel deslave ha sido registrado como el peor desastre natural ocurrido en Venezuela, desde el Terremoto de 1812. Asó lo certifican las investigaciones de algunos de nuestros historiadores. Aún hoy se ignora a dónde fue a parar la montaña de dinero recaudada por varios entes oficiales para las ayudas humanitarias. Indudablemente llegaron a depositarse en los bolsillos de la casta de corruptos que comenzaba a emerger con el sello del Socialismo del Siglo XXI. 
En Vargas perdieron la vida más de 20 mil venezolanos, sin que hasta la fecha exista un registro oficial. Como tampoco se conoce el número de damnificados y, por supuesto, la suma de dinero que manejó el gobierno, de dinero enviado desde otras naciones y por empresas diversas. Se me atragantó el guargüero con rabia al ver cómo los mallorquines atacaron de inmediato las consecuencias del desastre en  Sant Llorenç des Cardassar. Hoy siguen en las calles y edificios de la isla los plomeros, electricistas, carpinteros, albañiles ciudadanos todos. Algunos de ellos son profesionales, la gran mayoría de ellos  ciudadanos con alguna idea del oficio. Todos con el propósito único de rescatar lo perdido y regresar la paz y tranquilidad. En Vargas las huellas de la vaguada siguen intactas, tan incólumes como recuerdo las palabras de Chávez cuando rechazaba la ayuda exterior en un discurso que reclamaba dignidad. 
Es igual con la tragedia que vivimos a escala nacional, la que, también según los historiadores, no tiene parangón en nuestra historia republicana … Pero la arrechera que da es la misma que provoca el caso de Vargas. Los venezolanos esperamos que alguien distinto a nosotros nos solucione la tragedia. No hemos convertido en un pueblo, en una nación capaz de convertir en un gran problema cualquier intento de solución.

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