Blog de Víctor José López /Periodista

lunes, 6 de agosto de 2018

QUIEN ENTIENDA ESTO, QUE LANCE LA PRIMERA PIEDRA Egildo Luján Nava

 Formato del Futuro…

 

Rumbo a lo Desconocido; El Insólito Universo; Ni lo Uno Ni lo Otro, Sino Todo lo Contrario. Y así muchos títulos y expresiones que podrían ser aplicables a la actual situación venezolana.

Sálvese quien pueda, que el país pareciera haber entrado en una anarquía en la que todos hacen lo que les viene en  gana. Y los ejemplos abundan, para aquellos que deseen ejercitarse tratando de llegar al fondo de los casos:

Si protestas, eres un traidor a la Patria. Si te enfermas, que Dios te salve. Médicos, enfermeras, bioanalistas. Todo el gremio de la salud en general se ha declarado en paro: por la falta de insumos, equipos, dotación y medicamentos. Asimismo,  por el reclamo público de un justo y salario decente.

Es inentendible, pero la mayoría de los médicos se ha ido del país. Y aquellos que se han quedado y que hoy claman por un salario justo, se encuentran con la respuesta más insólita  de parte de la máxima autoridad gubernamental que debería entenderles y atenderles: “ese es un grupo que le está haciendo el juego a la oposición”

El funcionario, sencillamente, desestima lo obvio y lo lógico. Y es que un médico no puede vivir y mantener familia percibiendo un ingreso de 2 dólares mensuales. Tampoco lo puede hacer una enfermera con un dólar cada 30 días.  Es comprensible, entonces, que ya 24.000 o más médicos venezolanos estén prestando servicios en diferentes partes del mundo. Allí han sido bien recibidos y calificados como buenos profesionales, por lo que se les respeta y admira.

Mientras tanto, en Venezuela se cuantifican como centenares los enfermos que han fallecido anualmente por falta de atención y medicamentos. A la voz de males y enfermedades como Cáncer, VIH, Diálisis, Infarto, Trasplantes, entre otros, se identifican las causas  y/o diagnósticos que hacen temblar a cualquier ciudadano y sus familiares. Más aún, si los pacientes o enfermos pertenecen al estrato social  de precarios recursos y que en el argot político identifican como pueblo, entonces, todo se convierte en una sentencia de muerte.

0ficialmente, sin embargo, la declaración formal a propósitos de tales hechos, es que en Venezuela no es cierto que haya emergencia humanitaria. Se le niega al mundo. Y cuando hay una denuncia debidamente documentada, aquel que lo hace es obedeciendo a conductas propias de traidores a la Patria. Entonces, las diarias y permanentes huelgas y manifestaciones del gremio salud en las calles venezolanas, sencillamente, no existen. Sí, en cambio una evidente  haporofobia de los llamados a honrar su responsabilidad de servidores públicos.

0tro ejemplo: anuncian los medios que  "la matrícula estudiantil oficial descendió, pese a la migración desde los colegios privados". Además de la diáspora estudiantil  que se ha ido al exterior, que sumada a la deserción escolar desde los colegios privados por no estar en capacidad de continuar pagando la matrícula y mensualidades, igualmente, se suma  la nómina de profesores y maestros en todos los niveles de educación nacional. Ellos, al igual que los médicos,  reciben un salario ridículo. Y eso,  irremediablemente, ha obligado al cierre de cátedras universitarias, así como a colegios públicos y privados. Ha sucedido por ausencia de alumnos, como de docentes.

La situación general de la  educación venezolana es otro ejemplo de la condición de anarquía en la que se encuentra la Nación. Es una situación que deja como saldo un gravísimo retroceso en la preparación y educación de los cuadros generacionales de relevo para el futuro progreso y desarrollo del país. Ante este diario, claro y visible panorama, la declaración oficial, contradictoriamente, hace lo mismo que con otros servicios del Estado: lo minimiza o lo ignora. Casi se atreve a expresar satisfacción por los logros del último año escolar.

Sin citar más ejemplos ante esta grave situación, resulta incomprensible que se cope la atención nacional en el anuncio de quitarle 5 ceros al valor de la moneda, como de  implantar un nuevo cono monetario que, en pocos meses, terminará representando  una variable ornamental de la escalada hiperinflacionaria. Es que al no haber monedas de inferior valor para pagar bienes y servicios básicos, como: transporte, gasolina, electricidad, un estacionamiento o cualquier servicio público, entre otros, tampoco habrá resultados satisfactorios.

Porque la moneda de menor valor anunciada será la de Bs. 0,50 que al colocarle 5 ceros, equivale  Bs 50.000 de hoy. ¿Resultado?:  lo único que se logrará será obligar a subir los precios mucho más. ¿ A cuánto, por ejemplo,  subirán los pasajes de los por puesto urbanos, incluyendo el transporte en los cerros caraqueños, como las propias ¨perreras”?. ¿ Cuánto costará el litro de gasolina ? ¿ Serán medidas para solucionar o más bien para imponer más controles e inmovilizar la población ?

Ante todo eso, ¿estará consciente el insólito y pasivo ciudadano de que si hoy gana Bs. 6 millones mensuales, a partir del 20 de agosto, es decir, a escasos 14 días a partir de hoy, que es cuando supuestamente entrará en vigencia el nuevo cono monetario, su nuevo salario o ingreso será de Bs.3 quincenales y desajustados por la inexistencia de instrumentos monetarios imprescindibles para “redondear” precios?.

Definitivamente, no es posible entender qué se está haciendo en el país, para qué, por qué y en atención a  qué estrategia. Porque si la fundamentación ideológica y social en la que se apoya el propósito gubernamental obedece a los mismos fines que describe el “Plan Chamba Juvenil”, entonces, ahí sí es verdad que la ingobernabilidad coronó sus desaciertos. Porque es un concepto menos entendible, salvo que sea una excusa para continuar gastando dinero a manos llenas y sin control de ninguna naturaleza.

“Chamba Juvenil” constituye una modalidad laboral integrada por muchachas, muchachos y muchachones dedicados al ornamento de todas las calles y ciudades del país. A decir de voceros públicos, se trata de un contingente de 6 millones de personas en los que el país, además,  coloca millones de bolívares en materiales para presentar una “nueva y mejor imagen de la Nación”.

Es una modalidad de empleo improductivo, que emerge de la incapacidad en la que se encuentra la economía de generar cargos productivos con salarios decentes. 0, quizás, de un subsidio útil con fines clientelares, además de adecuado a un populismo que trata de simular disposición a cambios, aunque sin materializar voluntades.

Lo cierto es que la descripción de situaciones, como de ejemplos de verdaderas calamidades que se insiste en silenciar con amenazas, no proyectan alternativas de mejorías económicas y sociales para nadie. Salvo para aquellos que,  a partir de discursos y promesas, y mientras se trata de minimizar 20 años en los cargos públicos, afirman que a partir del 20 de agosto todo asalariado, jubilado, pensionado y favorecido con cuanto bono se crea para armar ilusiones monetarias, podrá recuperar su capacidad de compra y pago.

Definitivamente, si alguien entiende lo que está sucediendo en esta sufrida y maltratada Venezuela, que lance la primera piedra. Porque a la racionalidad, definitivamente, pareciera que se la ha llevado el último apagón caraqueño, especie de modalidad zuliana, aunque con menos intensidad climática.

Egildo Luján Nava
Coordinador Nacional de Independientes Por el Progreso (IPP)

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