OPINIONES Antonio Paiva

El preámbulo de hoy es de mi gran amigo y colega Juan Francisco Misle:

“Llegado a 1.000.000 % de inflación nadie se salva de esa situación, ni siquiera los que apoyan o sostienen la dictadura. Es como un avión al que se le rompen las alas a 10 Kms de altura y se precipita a tierra a una velocidad de vértigo. El impacto es mortal. La tragedia es que Maduro aun queriendo implantar un programa de estabilización macroeconómica está impedido de hacerlo por falta de economistas calificados o de instituciones para dirigir esa delicadísima operación. Peor: sin la intervención y el apoyo del FMI y el Banco Mundial, ni los mejores economistas del planeta -o venidos de otras galaxias- estarían en capacidad de evitar el terrible daño que la dictadura de Maduro está asestando a la sociedad venezolana. Por eso creo que el final de la dictadura está muy cerca. La terminará derrotando la economía en contra de todos los pronósticos (incluido el mío).

El economista Enrique González Porras intenta calcular el costo para Venezuela de este diabólico experimento de ingeniería social que es el cubano madurismo. El destacado crítico de cine Ernesto Diezmartínez evoca la gloriosa época del cine mexicano de rancheras. Observen su lista de las 10 películas favoritas para que las comparen con la que todos tenemos.

Ramón Peña, en pocas palabras, analiza la jeringonza de los 5 ceros  que presentó el régimen como solución económica. Como ya entregué mi informe a mis clientes sobre este disparate, esta semana se los haré llegar.

El Presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, denuncia las tropelías del régimen cubano madurista y anuncia contención a tanto dislate. El escritor nicaragüense Sergio Ramírez explica porque la revolución sandinista se fue al traste.

En medio de tanta angustia la deliciosa pluma del maestro Fernando Savater nos da un respiro de gracia y buen español.

Estas Opiniones se toman vacaciones hasta finales de septiembre. Les prometo un especial sobre el fútbol y los equipos más importantes, que investigué para el Mundial y se quedaron en el tintero o –como debería decirse ahora- en los archivos de la computadora. Les deseo lo mejor en estas vacaciones acortadas por la hiperinflación.