Blog de Víctor José López /Periodista

viernes, 20 de julio de 2018

OIDO EN LA CHATA El galimatías de la oposición VÍCTOR JOSÉ LÓPEZ



La cancha de la política venezolana está dividida, igual como se dividen  los campos de fútbol: Venezuela polarizada.  De un lado el destructor, el segador de esperanza e ilusiones. En la otra mitad un galimatías que se autodefine como Oposición.

Mientras el Régimen pulveriza lo que queda de nación, siguiendo al pie de la letra el mandato del Foro de Sao Paulo -muerte, hambre y pobreza continental-, la Oposición se reúne y conversa para participar en unas elecciones que el Régimen ha evitado, recurriendo a la fuerza y a la trampa retardando procesos, corrompiendo todo el camino electoral apoyándose en la fuerza que generan las bocas de los cañones de los fusiles, para imponer las vértebras de un proyecto envainado en una írrita Asamblea Nacional Constituyente que servirá de escalera para imponer el mandato de “la nueva izquierda, de buscar la revolución por medio de la lucha armada y utilizando la democracia.  

El reunir los pedacitos de lo que queda de oposición organizada, para participar en unas elecciones, ya sean estas municipales, de gobernaciones o adelantar las presidenciales, no es otra cosa que acreditar y reconocer la Constitución que tienen metida en el horno los comunistas del Caribe, el partido de gobierno y sus amigos del Islam para imponer la dictadura definitiva.

No pretendo oponerme al diálogo. ¡Por favor! 

Sí quiero recordarle, paciente amigo lector, si es que lo ha olvidado, quienes son los que cocinan en el horno la Constitución de inspiración Castrista. La Ley de Leyes que sepultará para siempre la nación, siendo sus sepultureros los integrantes de ese grupo que está en el otro lado de la cancha y que recientemente, en República Dominicana tiró patas arriba la mesa de conversaciones en más de una oportunidad.

Conciliación sí, pero sin máscaras, imposiciones ni engaños. Conciliación Sí, si se toma en cuenta la voluntad y la decisión de un pueblo que hace ya mucho tiempo no impone opinión. 

Nación de ciudadanos excluidos, y generación perdida que dejó las calles ensangrentadas con sus protestas y que ahora huye atormentada y sin rumbo fijo hacia naciones que comienzan a rechazarlos. Jóvenes preparados para enfrentar la adversidad que no fueron escuchados por los integrantes del galimatías que hoy pretende erigirse en conductor de la oposición.

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